30/04/2024 (Ciudad de México). En Uruguay, el ex presidente y referente de izquierda, José “Pepe” Mujica, anunció que tiene un tumor en el esófago y que, a sus 88 años y por una enfermedad de base que le afectó los riñones, constituye un cuadro clínico muy complejo de salud. Respondiendo a preguntas afirmó que los médicos evalúan posibilidades, pero que tratamientos de quimioterapia o radioterapia se dificultan por los factores mencionados.
Aunque corre el riesgo de perder la vida, el veterano revolucionario afirmó que seguirá militando junto a sus compañeras y compañeros mientras pueda. No podía esperarse otra cosa de un hombre que atribuye su temperamento luchador a los orígenes vascos de su familia, que arribó a Uruguay allá por 1840.
Mujica tiene una larga trayectoria de compromiso social y político. A sus 19 años comenzó su militancia en el Partido Nacional. Poco antes había conocido al diputado nacionalista Enrique Erro, que ejerció influencia política sobre él. En 1962, junto con Erro rompió por la izquierda con el Partido Nacional, fundando la “Unión Popular” confluyendo con el Partido Socialista del Uruguay. Unos años después formó parte del “Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros”, ingresando a la clandestinidad y participando en operativos incruentos de guerrilla urbana; eran actos en los que, más que infundir miedo por las armas, los tupamaros trataban de realizar propaganda del pensamiento revolucionario a través de hechos de justicia social, como distribuir en barrios pobres la comida que quitaban a las grandes empresas de alimentos. Eran los años en que la influencia de la revolución cubana y del pensamiento de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, se irradiaron por toda América Latina.
En esa época fue apresado en varias oportunidades, siendo recluido en el penal de Punta Carretas en Montevideo, de donde se evadió dos veces para volver a las actividades guerrilleras. Su última detención en 1972 significó para él la peor de las cárceles al ser encerrado en un penal de máxima seguridad, donde pasaba meses sin ver la luz del día ni a otros seres humanos. En estas duras condiciones, que las organizaciones de defensa de los derechos humanos han calificado como una especie de muerte en vida, pasó 13 años.
Fue liberado el 8 de marzo de 1985, con la recuperación del régimen democrático, a través de un decreto de amnistía para los presos políticos. Fuera de prisión, de inmediato comenzó a construir un nuevo movimiento político, el “Movimiento de Participación Popular” (MPP) ingresando al Frente Amplio, que es la plataforma unitaria de todos los partidos de izquierda y centroizquierda del Uruguay.
Pepe Mujica estaba convencido de que era posible, bajo las nuevas condiciones que vivía América Latina en el siglo veintiuno, conquistar el poder político a través de elecciones. De hecho, el año 2005 el Frente Amplio ganó la presidencia con Tabaré Vásquez, siendo el primer gobierno de izquierda en la historia política uruguaya. Dentro del FA, el movimiento político de Pepe Mujica se había convertido en la principal fuerza, por lo que, a la siguiente elección, el 29 de noviembre del 2009, ganó la presidencia con un porcentaje superior al 52% de votos. Durante su gobierno, Mujica mantuvo la misma austeridad de siempre, expresando incomodidad cada vez que el protocolo oficial le exigía cosas que él siempre consideró innecesarias.
Ayer, en Montevideo, luego de informar sobre su preocupante estado de salud, Pepe Mujica, dirigiéndose a las nuevas generaciones en América Latina, les trasmitió un mensaje: “La vida es hermosa, se gasta y se va. El quid de la cuestión de triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae. Y que, si hay bronca, hay que transformarla en esperanza. La única libertad está en la cabeza y se llama voluntad. Y si no la utilizamos, no somos libres”.