05/04/2024 (Ciudad de México). En Quito, la capital ecuatoriana, el gobierno de Daniel Noboa tomó la decisión de declarar persona no grata a la embajadora de México, dándole un plazo de 72 horas para salir del país. La embajadora es Raquel Serur Smeke, una respetada académica, que fue profesora titular en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de otras universidades en Estados Unidos y en Europa. Escribió y publicó al menos 18 libros, entre los que está la obra de un insigne filósofo ecuatoriano, Bolívar Echeverría, con quien Raquel estuvo casada.
Desde Palacio de Carondelet argumentaron que la decisión se tomó por el malestar causado por un comentario del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sobre las elecciones de Ecuador. En una de sus conferencias de prensa mañaneras, AMLO se refirió a ese proceso electoral, indicando que el asesinato de uno de los candidatos, Fernando Villavicencio, tuvo el efecto de subir al candidato de la derecha Daniel Noboa que estaba en segundo lugar al primero, haciendo que Luisa Gonzáles, candidata del progresismo, bajara.
El análisis del presidente mexicano no puede ser considerado una expresión injerencista, porque hizo referencia a una coyuntura electoral que es de dominio público; habló de hechos de seguridad ciudadana concretos y sus efectos políticos. Varios analistas latinoamericanos llegaron a las mismas conclusiones que el presidente mexicano, que tienen que ver con el impacto de las campañas de miedo en la población.
Es muy claro que el trasfondo de este incidente es, en realidad, la tensión generada por el refugio del ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas dentro de la embajada. Glas pasó varios años en la cárcel acusado de hechos de corrupción vinculados a la empresa brasileña Odebrecht, que luego se descubrió en Brasil que formaban parte de una trama de “Lawfare”, o guerra judicial en la que se armaban casos penales sin pruebas, con el objetivo de incriminar a una parte de los liderazgos de izquierda latinoamericanos, como el del expresidente progresista Rafael Correa, en cuya estructura política está Glas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó que, en el denominado “Caso de Refugio de Jorge Glas”, se cumplen los preceptos del derecho de protección internacional a personas que sufran persecución en sus países. Precisamente Glas ingresó a la embajada el 17 de diciembre de 2023 en búsqueda de refugio, pues afirmó que el gobierno de derecha ecuatoriano reactivó contra él procesos judiciales ya archivados. A principios de marzo de 2024, México rechazó la solicitud del gobierno de Ecuador para permitir el ingreso de policías a la embajada para detener a Glas.
Por ello no extrañó que, pretextando el impasse actual, la legación diplomática mexicana amaneciera hoy fuertemente custodiada por un numeroso contingente de policías y militares. México ha calificado de excesivo este despliegue, cuyo antecedente se puede encontrar en el hostigamiento efectuado por la dictadura boliviana de Jeanine Añez contra la embajada el año 2020, en la que estaban refugiados varios colaboradores de Evo Morales, derrocado por un golpe de Estado a fines del 2019.
El presidente López Obrador ratificó que México no romperá relaciones con Ecuador ni permitirá que se venga abajo su idea de la integración de los países de América Latina, ya que las oligarquías no pueden estar por encima de los pueblos. La referencia a la oligarquía, entendida como el sector hegemónico de la burguesía, de inmediato nos recuerda que la familia Noboa es una de las más ricas en Ecuador y ahora controla también el poder político.
AMLO fue enfático al afirmar que México enviará una aeronave del Estado para recoger a la embajadora en Quito, y que seguirá defendiendo el derecho de asilo. Instruyó a la Cancillería que recuerde a todas las instancias internacionales pertinentes que las Embajadas son inviolables y no pueden ser allanadas.