08/03/2024 (Ciudad de México). El 8 de marzo miles de mujeres salen a las calles, alrededor del mundo, para manifestarse en el marco del Día Internacional de la Mujer. Hay celebración y algarabía, porque a lo largo del tiempo se han dado conquistas importantes sobre algunos derechos, pero también se respira rabia, porque todavía, en pleno siglo XXI, hay enormes desafíos en la garantía de algunos derechos fundamentales y por la erradicación de las violencias.

Sin embargo, ¿por qué se manifiestan las mujeres cada 8 de marzo?¿Cuál es el origen de este día? En De Raíz te dejamos algunos datos que debes conocer.

8M y su espíritu obrero y socialista 

En 1975 la Organización de Naciones Unidas  declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de las Mujeres. Dos años más tarde fue proclamado por la asamblea y desde entonces se decidió que ese día sería para reivindicar la lucha de las mujeres.

Sin embargo, esa fecha está vinculada estrechamente con los movimientos obreros de las trabajadoras a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Algunas expertas sitúan el origen del 8 de marzo en Nueva York, Estados Unidos, cuando en 1857 miles de trabajadoras de la industria textil organizaron una huelga y salieron a las calles para reclamar por las jornadas extenuantes a las que eran sometidas y exigir mejoras salariales. Esas protestas fueron duramente reprimidas y muchas fueron detenidas por la policía. 

Eso detonó que unos años más tarde se creara el primer Sindicato Internacional de Trabajadoras del Vestido (ILGWU, por sus siglas en inglés), por lo que las huelgas de las obreras fue una constante para reclamar condiciones laborales dignas. 

Otra protesta masiva fue la que ocurrió en 1908, cuando 15 mil mujeres trabajadoras de la confección salieron a las calles neoyorkinas para denunciar nuevamente las condiciones laborales que experimentaban. 

Sus demandas eran mejores salarios, el derecho al voto y la reducción de la jornada laboral. La consigna principal de aquella manifestación fue “Pan y Rosas”, porque el pan representaba la seguridad económica, y las rosas simbolizaban la aspiración a una mejor calidad de vida.

El 28 de febrero de 1909, más de 15 mil mujeres socialistas, tras una declaración del partido, salieron nuevamente a las calles a marchar en Nueva York. Esa fecha se considera que fue la primera conmemoración del Día Nacional de la Mujer y se designó en honor a la huelga de trabajadoras de la confección de 1908.

Pero fue con el incendio de la fábrica Triangle Shirtwais Factory, que se dedicaba a hacer blusas para mujeres, la que marcó también la memoria, porque miles de trabajadoras de ese lugar se alzaron en huelga con la exigencia de obtener los mismos derechos laborales que los hombres.

Sin embargo, el 25 de marzo de 1911, se produjo un incendio que se propagó rápidamente en la fábrica y las puertas fueron cerradas por los dueños. Las trabajadoras quedaron encerradas y de acuerdo con los medios locales, se calcula que al menos 150 mujeres murieron en ese incendio, la mayoría mujeres pobres e inmigrantes.  

Pero los movimientos de las trabajadoras ocurrieron en muchos países y existía la aspiración de instaurar un día para conmemorar la lucha de las mujeres, que no era incipiente, pero que comenzó a ser una ola que rápidamente se extendía en distintas latitudes.

De forma paralela a lo que ocurría en Estados Unidos, en 1910, en Copenhague, Dinamarca, la Internacional Socialista reunió a mujeres de diferentes países y ahí se propuso celebrar en marzo un día de la mujer.

Más tarde, en el contexto de la Revolución Rusa, tras la caída de los zares, se aprobó el voto de las mujeres un 23 de febrero de 1917. Según señala la ONU, con base en el calendario gregoriano, el 23 de febrero en Rusia correspondía al 8 de marzo.

¿Y en México, cómo se gesta el 8M?

En México, desde principios del siglo XX, las trabajadoras de diversos sectores obreros también se organizaron para demandar mejores condiciones laborales, para denunciar los sueldos irrisorios, denunciar a las tiendas de raya y la reducción de la jornada laboral que por entonces era de 16 horas.

Pero su lucha no sólo se limitaba a ello, sino que iba en el mismo tenor de los movimientos revolucionarios que surgieron para oponerse a la dictadura porfirista. 

Durante el primer tercio del siglo XX, las mujeres formaron parte del sindicalismo revolucionario, impulsado en gran medida por el anarquismo. En ese momento, las mujeres representaban el 10% del trabajo remunerado en Ciudad de México, muy por encima del promedio nacional del 12% , de acuerdo con historiadoras. Sin embargo, vivía bajo la sombra de la discriminación y sus derechos como la participación social, política y económica estaban anulados por su condición de género. 

La mayoría de los puestos que desempeñaban las mujeres estaban en el trabajo doméstico, en las industrias de alimentos, del vestido y del cigarro. Las trabajadoras, sin embargo, lideraron comités de huelga y participaron en diversos movimientos, entre estos, por ejemplo, en la Huelga de Río Blanco (1907).En esa huelga resaltan los nombres de Lucrecia Toriz o Margarita Martínez. 

Muchas de ellas participaron en la fundación de la Casa del Obrero Mundial en Ciudad de México (1912) como María del Carmen Frías, una obrera textil de la Fábrica de Hilos y Bonetería “La Abeja” S.A de Puente de Sierra DF. Así también la obrera textil María A. Díaz que trabajó en la fábrica de Hilados y Tejidos de “La Escoba” de Zapopan, Jalisco, y participó activamente en la formación de varios sindicatos de la industria textil.  

Pero en esa memoria no se pueden olvidar a las Hijas del Anáhuac, la organización obrera fundada por las hermanas María del Carmen y Catalina Frías ligadas al Partido Liberal Mexicano de los Flores Magón. En esa organización se reunieron hasta 300 mujeres que luego fueron perseguidas y encarceladas. 

Luego se dieron los movimientos de las maestras (que jugaron un papel fundamental en la Revolución de 1910), las telefonistas (1915),  el primer movimiento de inquilinos (1922), las trabajadoras del Sindicato Mexicano de Electricistas (1914-1915), así como trabajadoras de Ferrocarriles Mexicanos (1920) y muchas otras más. 

Sin embargo, algunas historiadoras señalan que la primer marcha feminista que se da en México es en los setenta, cuando surge la primera ola de los movimientos feministas al calor de los movimientos estudiantiles de la segunda mitad del siglo XX; se dio cuando nuestro país fue sede de las Conferencias Mundiales de la Mujer auspiciadas por la ONU. 

Pero conforme pasó el tiempo, al crecer y fortificarse los movimientos feministas, a la reivindicación primaria de la lucha laboral de las mujeres se sumó la demanda del sufragio universal (que llega a México hasta 1955), la educación sexual y la participación política. Luego vino el derecho a decidir y la erradicación de las violencias.

Con la declaración oficial del 8M, como el Día Internacional de la Mujer, de la ONU sólo se estableció una fecha definitiva, pero el espíritu de esa conmemoración, es sin lugar a dudas, de combativo.