07/03/2024 (Ciudad de México). En Tegucigalpa genera polémica desde hace dos semanas las noticias del juicio por tráfico de drogas, que se realiza en la ciudad de Nueva York, contra el ex presidente Juan Orlando Hernández.
Hernández, de 55 años, gobernó Honduras en dos períodos, el primero del 2014 al 2018 y en un segundo mandato consecutivo del 2018 al 2022, luego de ser reelecto en forma ilegal, ya que la Constitución hondureña prohíbe explícitamente tal extremo. Sin embargo, el político encontró una espuria forma de que el Tribunal Supremo Constitucional de su país lo habilitara.
Antes de ser primer mandatario, Hernández, afiliado al Partido Nacional, una organización de ideología nacionalista y ultraconservadora, presidió el año 2009 el Congreso Nacional. Fue precisamente en el momento en que la mayoría derechista en el Legislativo se convirtió en parte del engranaje del golpe de Estado judicial y congresal contra Manuel Zelaya. En esos momentos, Hernández era el más fiel aliado del gobierno estadounidense de Barack Obama contra el presidente Zelaya, estigmatizado por Washington como alfil de Hugo Chávez.
Cuando Hernández tomó vuelo propio y logró ganar las elecciones del 2017, manchadas por las observaciones a prácticas fraudulentas que nunca fueron investigadas, terminó siendo reconocido por el nuevo gobierno de Estados Unidos dirigido por Donald Trump. A cambio de ese espaldarazo, el gobierno de Hernández firmó el 2019 con el Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, dos convenios muy rigurosos para enfrentar la migración irregular de hondureños hacia el país del norte.
El año 2020 su relación mutuamente conveniente con Estados Unidos se quebró, al comenzar a obtener información comprometedora las fuerzas de seguridad y fiscales antinarcóticos estadounidenses. Esta información al principio sólo estaba referida al hermano del presidente, el diputado Juan Antonio Hernández, conocido como “Tony”. Sin embargo, tras ser Tony arrestado en noviembre del 2018 en el Aeropuerto de Miami y enjuiciado en Nueva York, hubo mucha mayor información en el juicio que terminó, en marzo de 2021, con la sentencia a cadena perpetua contra el menor de los Hernández.
El círculo se fue estrechando sobre Juan Orlando Hernández hasta que, a la conclusión de su segunda presidencia el 27 de enero de 2022, ya sin ningún tipo de protección, fue detenido el 17 de febrero en su residencia de Tegucigalpa, poco después de que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos solicitara su extradición. La forma como lo detuvieron también generó polémica, pues fue inmovilizado con cadenas por los policías de Honduras, cuando unas esposas habrían sido suficientes. Al parecer la idea era mostrar una imagen de vulnerabilidad de una persona que poco antes era intocable. Sin embargo constituyó una violación de sus derechos humanos.
Fue extraditado el 21 de abril de 2022 hacia Estados Unidos, ese mismo día la fiscalía neoyorquina reveló los tres cargos penales de que se le acusa: conspirar para traficar drogas, traficar armas y posesión de armas.
Se ha detallado en el juicio que comenzó hace unas semanas, que el acusado dirigió una estructura narco criminal desde antes de llegar a la presidencia. También se ha conocido que, al convertirse en jefe de gobierno, Hernández brindó protección oficial encubierta a operaciones ilícitas, participando en el envío de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos a lo largo de muchos años.
En el juicio, el Ministerio Público ha solicitado una condena de cadena perpetua. Pronto se conocerá la sentencia.