05/03/2024 (Ciudad de México). En Francia, en una votación histórica, diputadas y diputados de la Asamblea Nacional, junto con senadoras y senadores reunidos en Congreso en la ciudad de Versalles, por un gran margen de 780 votos a favor, 72 en contra y 50 abstenciones, han incorporado en la Constitución francesa el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo en la interrupción voluntaria del embarazo.

Así este país europeo se convierte en el primero en el mundo en constitucionalizar de forma explícita el derecho al aborto, En el artículo 34 de la Ley Fundamental queda fijada “la libertad garantizada de la mujer de recurrir a una interrupción voluntaria del embarazo (IVE)”. Esto ocurre luego de muchas décadas de luchas feministas que en Francia ya habían logrado legalizarlo en 1974 y que, cincuenta años después, lo blindan aún más inscribiéndolo en la Ley Fundamental.

Muchos acontecimientos históricos pasaron para que lleguemos a este momento. Es inevitable remontarse al “Mayo Francés de 1968”, cuando ocurrió una Huelga General y grandes movilizaciones obreras y estudiantiles que se iniciaron en el barrio proletario de Nanterre. La movilización se generalizó luego a toda Francia, mostrando un renovado camino para lograr transformaciones sociales con la plena participación del pueblo en Asambleas multitudinarias. Aunque sólo duró un mes, reforzó también las luchas sociales con un nuevo apogeo (las feministas le llaman Ola) de las causas feministas.

También es necesario recordar a la Yugoslavia socialista y plurinacional que surgió después de la segunda guerra mundial (1939 – 1945) y que en su Constitución del año 1974 incluyó “el derecho humano de decidir libremente sobre el nacimiento de los hijos”.

Vayamos aún más lejos en el tiempo, hacia un período de la historia que pretende ser borrado impunemente. En octubre de 1917 tuvo lugar la revolución en Rusia y en los primeros años del nuevo régimen que surgió tras la caída del zarismo, el protagonismo de las mujeres proletarias y campesinas, además de las intelectuales comunistas, fue fundamental. En sus primeros años, antes de que comenzara la dictadura de Stalin, la Rusia soviética se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, a través de un decreto que llevaba por membrete: “Sobre la protección de la salud de las mujeres”. Fue firmado por el “Comisario del Pueblo de Salud Pública” Nikolai Semashko, por el “Comisario del Pueblo de Justicia” Dmitri Kurski, y por la Directora de la Sección de Protección de la Maternidad, Vera Lebedeva. Se publicó el 18 de noviembre de 1920, pero no llegó a tener el rango constitucional de la enmienda aprobada ayer en Francia.

Este nuevo y trascendental avance en el ámbito de derechos, ocurre en un momento en que en varios lugares del mundo están en peligro de regresión los derechos de las mujeres. Sólo veamos lo que pasa en Afganistán, donde el triunfo militar de los Talibanes luego del retiro de las invasoras tropas de Estados Unidos, sólo trajo la imposición de la peor de las dictaduras patriarcales. Algo parecido ocurre en Irán, donde el régimen de gobierno islámico significa para las mujeres una opresión, incluso en la vestimenta, vigilada por la Guardia del Estado Teocrático.

El mismo retroceso se da en América Latina, donde los gobiernos de Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador, están aprobando decretos de eliminación del “Ministerio de la Mujer, la Equidad y la Diversidad” o la prohibición a nivel gubernamental del lenguaje inclusivo en el país rioplatense, o la exclusión de contenidos en equidad de género y de educación sexual en las escuelas públicas en el país centroamericano.