16/02/2024 (Ciudad de México). En Inglaterra, la Oficina de Estadísticas Nacionales (Office for National Statistics) presentó su informe del último trimestre del año 2023 que confirma la reducción del Producto Interno Bruto (PIB), la caída en el consumo de fin de año y la importante reducción detectada en la asistencia a las escuelas, que son indicadores de que la economía británica ha entrado en recesión.

Esta mala coyuntura económica ha acrecentado en la población las dudas sobre la continuidad del apoyo económico a la guerra en Ucrania, en la que el aporte británico que a mediados del 2023 rebasó los 10.000 millones de euros, convirtiéndose en el más grande de todos los países de la Unión Europea. También es notorio el malestar público que ocasiona el respaldo total del actual gobierno del primer ministro Rishi Sunak al Estado de Israel en su ataque a la Franja de Gaza, lo que motivó enormes marchas de apoyo a Palestina en las ciudades de Londres y Manchester, donde hay una numerosa población árabe migrante.

Así se explica el rápido declive político del Partido Conservador y el sostenido avance del Partido Laborista. Conservadores y laboristas son las columnas del sistema político inglés. El Partido Conservador se fundó en 1834 a partir de la vieja agrupación de los “Tories”, cuya ideología siempre ha defendido la sociedad tradicional basada en clases sociales y en la estructura nobiliaria que explica que el Parlamento tenga dos cámaras: de los Lores y de los Comunes. El Partido Laborista se fundó en 1900, a partir de una reunión de los sindicatos obreros y con una ideología orientada a reformas sociales dentro de un Estado de Derecho y el sistema capitalista.

Los laboristas acaban de ganar dos importantes elecciones en las circunscripciones de Wellingborough y Kingswood, que antes dominaba la derecha. De esta forma quita a los conservadores dos curules que ocupaban legisladores históricos como son Peter Bone, que fue revocado por denuncias de abuso laboral y acoso sexual a un empleado parlamentario, y Chris Skidmore que renunció por no estar de acuerdo con el gobierno de Sunak que retrocedió drásticamente en sus orientaciones medioambientales, concediendo nuevos contratos petroleros y gasíferos.

El vuelco electoral en estos dos comicios ha consolidado la sensación general de que el líder laborista Keir Starmer llegará al gobierno. Starmer es un político de ideas moderadas, que fue recientemente ascendido a la dirección laborista, reemplazando al más radical Jeremy Corbin, que había fracasado en las anteriores elecciones aún con el desgaste que ya tenía la derecha conservadora. El nuevo liderazgo laborista, mesurado en temas sensibles y con mejor perfil en su relación con los medios de comunicación, además de un buen trabajo en redes sociales, tiene grandes posibilidades de seguir creciendo entre la clase media británica, que ya se cansó de apoyar a los conservadores que no pueden mejorar la economía, ni siquiera luego de impulsar el Brexit, que fue la salida británica de la Unión Europea.

De esta forma va camino a la derrota en las urnas el primer ministro Rishi Sunak, de línea guerrerista, firme aliado de la Casa Blanca y convencido del protagonismo británico en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ha seguido a pie juntillas la estrategia del Pentágono en Ucrania y que se ha alineado, probablemente sin calcular bien el costo político interno e internacional que ello acarrearía, con el primer ministro Benjamín Netanyahu de Israel.