14/02/2024 (Ciudad de México). Seguramente el presidente Javier Milei, al dejar el Vaticano, donde fue recibido por el Papa Francisco, habrá pensado que logró silenciar a uno de sus más relevantes objetores a nivel mundial. En esa trascendental cita, cuando el pontífice ingresó a uno de los salones del Palacio Apostólico, donde lo esperaba el mandatario acompañado por su hermana Karina, llamó la atención el calculado comportamiento de Milei. A la primera oportunidad aprovechó para preguntarle al pontífice “¿Puedo abrazarte?” y recibido el permiso, lo estrechó con la efusividad propia del que busca que ese momento se filme y se fotografíe a los fines de remontar su imagen en Argentina.
Satisfecho volvió a Buenos Aires y, según reseña su propio equipo de comunicación de Palacio, del Aeropuerto se dirigió a la Casa Rosada, donde efectuó una reunión con su jefe de gabinete Nicolás Posse, la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, el ministro del Interior Guillermo Francos, el ministro de Economía Luis Caputo y el diputado José Luis Espert, además de la onmipresente Karina Milei.
Fácil es colegir que en esa reunión comenzó a dar las nuevas instrucciones para seguir avanzando con el “ajuste en choque”, luego del naufragio de su “Ley Ómnibus” en la Cámara de Diputados. Su plan es avanzar con intervenciones a las empresas del Estado (como hizo con los medios públicos de comunicación), con la finalidad de desmantelarlas, despidiendo a todo el personal posible y procediendo luego a privatizarlas por partes. De esta forma no podrá decirse que está enajenando la empresa, ya que seguiría existiendo a efectos de ley aunque sólo operaría marginalmente. Seguirá esta vía ejecutiva con resoluciones ministeriales, decretos simples o nuevos “decretos de necesidad y urgencia”.
En la misma reunión, su encargado de comunicación, Manuel Adorni, le informó que llegó una carta dirigida al gobierno por los “Curas en la Opción por las y los Pobres” (COPP) en la que le responsabilizan por generar mayor injusticia social y nuevos pobres, denuncian frontalmente que “su modelo económico no se sostiene sin represión”. A propósito de los planes de seguridad implementados por su ministra Bullrich, aunque sin mencionarla, los curas afirman que “no es violencia manifestar (salvo que se exhiban horcas o bolsas mortuorias por ejemplo), no es violencia una marcha, son violencia las balas de goma, el gas pimienta, los palazos a personas indefensas, la ostentación de fuerza provocadora”.
Coincidiendo con el inicio de la Cuaresma –que es un tiempo litúrgico de conversión que dura seis semanas- los sacerdotes le dicen a Milei en forma enfática que debe cambiar de rumbo: “se dirá que recién empieza, que no llegaron todavía los simbólicos 100 días de gobierno, que hay que darle tiempo; pero puesto que estamos convencidos que el rumbo elegido es exactamente el contrario del que se debiera seguir, sabemos que cuanto más tiempo pase, habrá más pobres y los pobres serán más pobres”.
Los COPP son un grupo de casi un centenar de curas y monjas que trabajan a nivel nacional en los barrios populares, que en Argentina se les denomina “Villas”, de aquí el apodo con que esos sacerdotes y religiosas son conocidos por sus feligreses: “Curas Villeros”. Son los mismos que, en agosto del 2023 celebraron al aire libre una misa popular en el Barrio de Barracas en Buenos Aires, acompañados por unas tres mil personas, que se reunieron para desagraviar al Papa Francisco al que Milei,por entonces candidato, atacó tildándolo de “jesuita que promueve el comunismo”, “personaje impresentable y nefasto” y “representante del maligno en la Tierra”.
Estos curas villeros difunden la doctrina del Papa Francisco, referida a los males estructurales del capitalismo que concentra de manera indignante la riqueza en unos pocos y generaliza la pobreza y la miseria. Son promotores del concepto cristiano de la opción preferencial por los pobres y, a partir de ello, defienden el concepto de Justicia Social como la única forma de redistribuir la riqueza.
Seguramente al neofascista el contenido de la carta no le cayó para nada bien, menos luego que acababa de reunirse con quien, en su lógica patronal, viene a ser el “jefe” de esos curas revoltosos. La carta de los COPP ya se lee en las misas por toda Argentina, ha sido publicada y se reparte en los sindicatos, en las asambleas vecinales que preceden a los cacerolazos, hasta en algunos colegios y universidades.
El neofascista Milei no ganó un aliado en la Santa Sede, sólo fortaleció la voz de los que están junto al pueblo.