La crisis hídrica en el Valle de México preocupa cada vez más. Durante 2023 12 alcaldías de la Ciudad de México y 16 municipios del Estado de México redujeron el suministro de agua a unos días. Además, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana señalan que para 2028 se podría alcanzar el “día cero”.

01/02/2024 (Ciudad de México). Durante la actual administración una de las principales preocupaciones ha sido el tema del agua. El gobierno mexicano invirtió un total de 96 mil millones de pesos en 13 proyectos hídricos, entre los que destacan el acueducto “El Cuchillo II” en Nuevo León o el Parque Ecológico Lago de Texcoco en el Estado de México. Sin embargo, según especialistas, el suministro de agua en la Ciudad de México corre peligro.

¿Cómo se abastece de agua la Ciudad de México?

La Ciudad de México (CDMX) cuenta con dos fuentes principales de abastecimiento: sus pozos, que representan el 58%, y los sistemas Lerma y Cutzamala, que aportan el 42% restante. Por lo tanto, el caudal que recibe la capital mexicana es mayoritariamente local, según Delia Montero, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Por una parte, los pozos registrados en CDMX suman aproximadamente 976 (en 1990 el registro era de 3,537), los cuales cuentan con la categoría D4, que señala el nivel de sequía más preocupante, según el Monitor de Sequía de la Conagua. Esta situación ha llevado a que la extracción de agua se realice a niveles cada vez más profundos para abastecer la demanda, según la Doctora Montero.

Del otro lado, la sequía generalizada en el país ha provocado que el sistema Cutzamala se encuentre en niveles históricamente bajos. El coordinador del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), Rafael Bernardo Carmona, reveló en mayo del año pasado que el nivel de las presas del sistema Cutzamala fue el menor en 26 años.

Poca inversión, sequías y grandes concesiones

El camino para llegar a este momento es complejo, pero se resume en tres factores principales: las sequías, la falta de inversión pública y las grandes concesiones.

De acuerdo con una investigación de la UAM titulada “Sequía en México”, ésta es un fenómeno natural y cíclico, pero se acelera debido a la crisis climática, lo cual ha provocado la escasez de agua para consumo humano. Este mismo documento alerta que México ya es un país con estrés hídrico alto en el 70% de su territorio, mientras que el 0.5% registra un grado muy alto, el 10% bajo y el 19.5% sin problema. Sin embargo, esta situación se agrava por la concentración urbana en el centro del país, la contaminación de acuíferos o la mala distribución.

Ahora, según la académica y doctora por Harvard, Viri Ríos, la falta de inversión hídrica por parte del estado se agravó entre 2015 y 2017, cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto hizo un recorte del 45% a este rubro debido a la caída en los precios del petróleo.

En la Constitución se establece que son los gobiernos municipales quienes deben encargarse del abasto de agua potable. Lamentablemente, los municipios no cuentan con el presupuesto ni la capacidad para hacerse cargo, ya que la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México (ANEAS) señala que los servicios de agua colectan anualmente 68 millones de pesos, cantidad que apenas alcanza para cubrir su gasto corriente y deja poco margen para la inversión. Además, este monto se concentra en el limitado presupuesto federal, que ha aumentado un 9% desde 2018.

Los empresarios y la agroindustria concentran el 76% del agua, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Exactamente, el sector de agricultura utiliza el 76%, mientras que el gobierno utiliza14.1%, la industria el 4.9%, y la generación de electricidad el 4.7%. La mayoría de esta agua está controlada mediante concesiones. De acuerdo con Ríos, el 70% del volumen de agua concesionada está en manos del 2% de las empresas.

Las leyes avanzan, ¿pero es suficiente?

Recientemente, el gobierno federal informó que los esfuerzos para garantizar el derecho humano al agua se concentran en 13 proyectos hídricos, con una inversión total de 96,043 millones de pesos. Esto ha beneficiado a 22.2 millones de habitantes, de los cuales 9.6 millones cuentan con acceso a agua potable y 55,566 son usuarios agrícolas.

Entre las obras construidas están: el Plan de Justicia Yaqui en Sonora; la Zona de riego presa y acueductos Picachos – Concordia, la Presa Santa María y zona de riego en Sinaloa; el Canal Centenario y zona de riego Dr. Alejandro G.M. en Nayarit; la Presa El Zapotillo en Jalisco; el parque Ecológico Lago de Texcoco en el Estado de México; la Planta potabilizadora Benito Juárez en Tabasco; el Acueducto López Mateos en Campeche; Obras de Protección para Paso Largo en Veracruz; Plan Hídrico Tula de Allende en Hidalgo; Presa La Libertad y Acueducto El Cuchillo II en Nuevo León y Agua Saludable para La Laguna en Coahuila y Durango.

No obstante, en días recientes, en conferencia matutina con el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, autoridades estatales anunciaron una disminución en el suministro de agua, reduciendo de 14 mil 100 litros por segundo hace un año y medio a 8 mil 400 litros, lo cual constituye una reducción del 40%. Dicha medida afecta a 12 alcaldías de la capital y 16 municipios mexiquenses.

Tal situación conlleva que se exacerben las problemáticas ya presentadas. Por una parte, algunas zonas podrían empezar a notar alteraciones en su suministro de agua por primera vez, mientras que otras, que llevan años con este problema, podrían sufrir aún más de escasez.

Por ejemplo, en la alcaldía Iztapalapa, más de 200 pipas transportan agua a los domicilios para abastecerlos de agua, gracias al acuerdo que hizo Clara Brugada, ex alcaldesa y hoy candidata por Morena a la Ciudad de México, con la Conagua y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) durante mayo del año pasado. Como ha reconocido Brugada, el agua es uno de los retos más grandes de la ‘Megalópolis’, por lo que llegó a proponer utilizar el lago Xico como posible fuente de abastecimiento.