30/01/2024 (Ciudad de México). En Tegucigalpa continúan las repercusiones positivas del discurso que pronunció la presidenta Xiomara Castro, por el segundo año de su triunfo que, siendo riguroso en las fechas, lo obtuvo el 18 de noviembre de 2021 con más de un millón setecientos mil votos que convirtió su candidatura en la más votada en la historia democrática hondureña, pero asumió recién el gobierno nacional el 27 de enero de 2022.
Dos años después, estuvo acompañada por decenas de miles de adherentes, que llegaron en marchas desde distintos puntos de la capital hacia el Bulevar Suyapa, que quedó colmado de gente y banderas rojinegras del “Partido Libertad y Refundación” (Libre).
Hace dos años la presidencia de Xiomara no comenzó bien. Su partido había obtenido 50 diputados de 128 que tiene el Congreso Nacional. Para agravar esa situación, una facción de 18 legisladores a la cabeza de Jorge Cálix se desprendió de la línea oficial y emprendió negociaciones por su cuenta con los partidos de derecha. Fueron expulsados y, aunque luego fueron readmitidos en líneas oficiales, no son de confianza política.
Xiomara Castro ha tenido en estos dos años un éxito en el manejo de la situación económica, luego de recibir un país productivamente estancado por la pandemia y los desastres naturales del año 2020. Equilibró la situación financiera y logró conseguir los recursos para implementar medidas como la subvención a la energía eléctrica beneficiando a más de un millón de personas de escasos recursos, además que logró que el Estado cubra el 60% de ese beneficio, y el sector industrial y comercial el restante 40%.
Cumplió también con una de sus promesas de campaña de estabilizar los precios de los combustibles, que desde el inicio de la guerra en Ucrania se incrementaron sin control en el mercado interno. Puso un subsidio y reguló las alzas, beneficiando a los sectores populares.
Incrementó las partidas presupuestarias para Salud y Educación, revirtiendo de esa forma la tendencia histórica a los recortes por una inequitativa “disciplina fiscal” que implementó en sus dos gobiernos el anterior presidente Juan Orlando Hernández. Logró también avances en la justicia, con el encarcelamiento de varios autores del asesinato de la dirigente Bertha Cáceres.
Pero ha sido en el Congreso Nacional que la presidenta ha encontrado resistencia a sus reformas democráticas. Sus iniciativas para efectuar nombramientos democráticos en el Poder Judicial o el Ministerio Público, para crear la Comisión de Transparencia Institucional y Lucha contra la corrupción, para derogar la neoliberal ley de Empleo y Zonas de Desarrollo, para aprobar una Ley de Justicia Tributaria o la Ley de Redistribución de Tierras, todas han chocado con la dificultad de no contar con mayoría legislativa propia y estable.
Por eso es que su mensaje por el segundo aniversario la mandataria Xiomara Castro recordó las profundas diferencias entre la izquierda popular y la derecha: “Tienen que escucharnos quienes siguen beneficiándose del capitalismo salvaje y depredador, que con sus políticas neoliberales han empobrecido y corrompido a nuestras naciones y nuestros pueblos”. Afirmó también que: “Este sistema sin reformas es insostenible, nos han llevado a un abismo, a la masiva migración, pobreza, violencia y una deuda insoportable”.
Conocedora de que los gobiernos, incluso los gobiernos populares, se desgastan si es que no tienen un permanente acompañamiento de masas, arengó a sus seguidores: “Pueblo hondureño para defender nuestros triunfos y garantizar que las próximas elecciones sean libres y transparentes debemos seguir movilizados”.
Este 2024 será un año político-electoral ya que se perfilan los comicios municipales, de parlamento local y centroamericano, y las primarias a inicios del 2025. La presidenta hondureña, a la que medidoras de popularidad como la conservadora Gallup siempre asignaron números por debajo de su real apoyo, ha demostrado que tiene mucha capacidad estratégica y con los nuevos anuncios que está haciendo para reformar la salud y las obras de infraestructura, mantiene sus niveles de arrastre popular. Por otra parte, a nivel internacional, le favorecen las tendencias hacia la izquierda que se ven en Panamá, Guatemala y en México.