A nivel nacional sólo 18 entidades han modificado sus códigos penales para prohibir este tipo de tratos equiparados a la tortura, pero no a nivel nacional.

18/01/2024 (Ciudad de México). En México se han detectado avances importantes para combatir los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG), conocidos también como terapias de conversión, pero aún continúa pendiente legislar a nivel nacional para prohibir este tipo de prácticas en todo el país que afectan, principalmente, a la comunidad de la sexodiversidad. 

Y es que las ECOSIG engloban métodos que constituyen tratos crueles, degradantes e inhumanos, inclusive, en algunos casos las personas son sometidas a actos de tortura al ser víctimas de privación de libertad, aislamiento, electrochoques, medicación forzada y técnicas crueles utilizadas para “corregir” la orientación sexual.

Los avances han sido importantes dado que hasta ahora 18 entidades han modificado sus códigos penales para prohibir las ECOSIG o “terapias de conversión”: Baja California, Sonora, Zacatecas, Nuevo León, Baja California Sur, Sinaloa, Oaxaca, Jalisco, Colima, Estado de México, Ciudad de México, Querétaro, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Quintana Roo y Yucatán. 

De acuerdo con la organización Yaaj México, quien ha impulsado la lucha por la aprobación de esta iniciativa, 15 entidades no han legislado sobre el tema; además Chiapas y Durango se niegan a tocar el tema. 

Según datos de INEGI, hasta 2021, más de medio millón de personas de la comunidad LGBTIQ+ fueron sometidas a este tipo de tratos equiparados a la tortura. 

Y es que estas prácticas se disfrazan de “sesiones religiosas” o supuestas intervenciones psicológicas o médicas, pero constituyen un fraude, porque consideran a la identidad de género u orientación sexual como una enfermedad.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció desde 1990 que la homosexualidad no es una enfermedad. En 2018, el organismo sacó del catálogo de enfermedades mentales a la transexualidad.

¿Y en el mundo?

A nivel mundial el panorama no es más esperanzador: sólo 13 países cuentan con legislaciones vigentes que prohíben estas prácticas, de acuerdo con la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA por sus siglas en inglés).

En América Latina sólo cuatro países lo prohiben: Paraguay (2022), Chile (2021-2022), Ecuador (2014) y Brasil (1999). México se sumó a la lista aunque falta que salga del pleno de la Cámara de Diputados la legislación y que pueda ser publicado en el Diario Oficial de la Federación, para dar pie a generar políticas públicas que prohíban en su totalidad estas prácticas discriminatorias. 

Desde 2019, incluso, se impulsó la guía “Nada que curar”, en la que se sumó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), a través de la campaña #JusticiaSinDiscriminación, en donde se busca informar al sector salud sobre estas prácticas que atentan contra la dignidad humana y abonan a generar discriminación hacia la población LGBTIQ+.

Este 2024, sin embargo, existe la posibilidad de que se apruebe la prohibición en todo el país, dados los efectos negativos que tiene sobre las personas que experimentan estos tratos, que va desde la depresión hasta el suicidio. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló en el año 2012 que las terapias de conversión no tienen justificación médica y representan una amenaza para la salud y los derechos humanos de sus víctimas.