21/11/2023 (Ciudad de México). Tras el triunfo de Javier Milei –sorprendente, no por el triunfo en sí sino por la amplia diferencia con Sergio Massa que no la pudo pronosticar ninguna encuesta-en el balotaje presidencial en Argentina, las reacciones vinieron como en cascada. Los primeros en pronunciarse efusivamente fueron los ex presidentes Jair Bolsonaro y Donald Trump y la presidenta del Perú, Dina Boluarte. En el caso del estadounidense sus palabras no sólo fueron de felicitación, también se declaró orgulloso de Milei, llegando en un posterior mensaje a destacar que la consigna del rioplatense (“Hagamos que Argentina sea grande otra vez”) es una adaptación de la que él uso en las elecciones estadounidenses del 2016: “Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez”.

El brasileño Jair Bolsonaro es un antiguo camarada de Milei, al punto que su hijo, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, le acompañó en las elecciones primarias de octubre en la ciudad de Buenos Aires. Es uno de los más favorecidos por el triunfo de “La Libertad Avanza” (el partido de Milei), ya que le alivia, así sea momentáneamente, de sus problemas judiciales al volver a darle protagonismo internacional.

También a la mandataria peruana Dina Boluarte la victoria de la extrema derecha le da oxígeno y un cierto respaldo internacional para mantenerse en Palacio hasta el 2026.

Las posturas críticas vinieron del presidente de Colombia, Gustavo Petro y de su par de Venezuela, Nicolás Maduro, que se refirieron al peligro para América Latina de la extrema derecha. Petro publicó un mensaje en el que afirmó: “Ha ganado la extrema derecha en Argentina; es la decisión de su sociedad. Triste para América Latina y ya veremos… el neoliberalismo ya no tiene propuesta para la sociedad, no puede responder a los problemas actuales de la humanidad”. Es cierto que complementó el mensaje con una felicitación protocolar, pero dejó claramente establecida su postura. Lo curioso es que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, a tiempo de felicitar a Milei, respondió a Petro con un llamativo mensaje: “Ahora, dilo sin llorar”. De esta forma, que intenta sin éxito parecer graciosa, ratificó su filiación ideológica derechista.

En cuanto al presidente venezolano, habló con mucha frontalidad: “Nosotros no vamos a callar, porque es una tremenda amenaza la llegada de un extremista de derecha, con un proyecto colonial, absolutamente colonial, arrodillado al imperialismo norteamericano. Llamamos a la reflexión sobre el surgimiento de focos de la ultraderechaque pretenden imponerse para volver a recolonizar a América Latina y pretenden imponer modelos extremistas”.

Más atemperado, el presidente de Brasil, Lula da Silva, saludó al pueblo argentino afirmando que “la democracia es la voz popular” sin mencionar a Milei. Según el ministro de comunicación Paulo Pimienta, el mandatario no asistirá a la toma del cargo prevista para el 10 de diciembre, por los reiterados insultos (le dijo “ladrón”) que Milei le dirigió en la campaña. Aún más moderados, los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Bolivia, Luis Arce, optaron por mensajes diplomáticos, reconociendo el resultado y deseando éxitos a la nueva gestión. En el caso boliviano, Arce fue criticado por el ex presidente Evo Morales, que afirmó: “Nosotros nunca le vamos a desear éxito al fascismo, al ultraderechismo y al neoliberalismo”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tuvo los siguientes conceptos: “Para decirlo en una palabra, con todo respeto, fue un autogol. Y yo no estoy de acuerdo, aunque respeto la decisión de los pueblos, con los gobiernos de derecha, no estoy de acuerdo con los gobiernos racistas, clasistas, no estoy de acuerdo con la hipocresía, que es lo que caracteriza a la derecha en el mundo”.

Muy interesante fue la reflexión de López Obrador sobre si lo ocurrido en Argentina podría replicarse en México: “Aquí no tenemos ese riesgo, no hay nada que temer. El pueblo de México está muy consciente, es de los pueblos más politizados del mundo y sabe muy bien que los gobiernos de derecha sólo favorecen a las minorías, son defensores del conservadurismo, son los gobiernos de derecha empleados de las oligarquías, se dedican a saquear a los pueblos, a las naciones, no le tienen ni amor ni respeto al pueblo”.