Un año atrás, un grupo de docentes del Claustro de Sor Juana fueron despedidos de sus trabajos sin justificación alguna. Tras una batalla legal por la defensa de sus derechos laborales, la necesidad de organizarse se ha hecho evidente.
16/11/2023 (Ciudad de México). En México, muchas instituciones de educación privada ofrecen sus servicios gracias a miles de docentes contratados bajo la figura de “prestadores de servicios”, señala Alicia Hopkins, ex docente del Claustro de Sor Juana, durante el foro “Docentes defendiendo derechos laborales” realizado este miércoles 15 en la biblioteca de la Universidad Obrera de México. Bajo esta figura, continúa Alicia, algunas instituciones niegan las prestaciones laborales básicas pese a exigir de sus docentes una relación que se enmarca perfectamente en el ámbito laboral.
Por lo anterior, y tras una serie de atropellos a ella y a algunos de sus compañeros, actualmente este grupo de docentes comienza a organizarse con miras a conformar un sindicato que les permita defender con más fuerza los derechos laborales de miles de profesores que se encuentran en la misma posición.
Antonio Peña, también ex docente del Claustro, apunta que el esfuerzo no es sencillo, pues muchos de los docentes prefieren “no arriesgarse” a perder los empleos que ya tienen dentro de alguna de estas instituciones. Por este motivo, precisa Antonio, el primer paso es crear una coalición, figura legal que les permitiría crear acuerdos temporales entre trabajadores y patrones.
Con este fin, próximamente se realizarán nuevos foros y reuniones que permitan generar conciencia entre los docentes y hacer aún más evidente la necesidad de organizarse para defender sus derechos laborales.
Los docentes también son trabajadores
Entre las reflexiones que se realizaron en el foro, Melissa Fernández, también ex docente del Claustro y también despedida de manera injustificada en 2022, apunta que pese a que estas instituciones tienen clases en las que abordan temas de derechos humanos y politización para su defensa, los docentes pasan de “héroes” a sujetos indeseables al defender sus derechos laborales.
Tras su despido y el de sus colegas, y con la batalla legal a cuestas, este grupo de profesores encontró que además de docentes también son trabajadores, pese a que en muchas ocasiones estas instituciones niegan la relación laboral bajo el pretexto de haber establecido con ellos un “contrato civil”. Sin embargo, con el juicio que entabló Alicia, quedó demostrado que la relación es netamente laboral, aportando diversos elementos como el lugar donde se realizan los servicios “prestados”, las herramientas proporcionadas, la credencial de identificación, los horarios fijados, la supervisión, así como la duración de este tipo de relación. Por esta razón, la sentencia del juez obligó al Claustro a pagar a Alicia todas las prestaciones constitucionales negadas durante su contrato por prestación de servicios, sentencia que no ha quedado firme ya que el Claustro decidió ampararse y actualmente se encuentra bajo revisión de un tribunal.
Pese a esto, durante el juicio, fue evidente que estas instituciones realizan una simulación con sus docentes al negarles derechos laborales, pero manteniéndolos en su planta docente bajo contratos de “prestación de servicios” por más de diez años. Con esto de fondo, puntualiza Alicia, es necesario dar cuenta que “no somos prestadores de servicios, somos trabajadores”.
Sin embargo, señalan en conjunto los docentes, ante la falta de oportunidades de trabajo en sus respectivas áreas, la mayoría de estos trabajadores de la educación privada han “naturalizado” este tipo de relación que los mantiene en la inestabilidad y precarización laboral.
Finalmente, Melissa Fernández afirma que ante estos abusos por parte de las instituciones educativas, es necesario “agruparnos, aclasarnos” para defender los derechos laborales y recuperar la conciencia de clase incluso en sectores privados con el que ellos han trabajado durante años de manera profesional.