06/11/2023 (Ciudad de México). Continúa el repudio mundial al genocidio en la Franja de Gaza. Una causa –la libertad de Palestina y su derecho a tener un Estado plenamente soberano dentro de fronteras seguras- ha ganado en estas semanas más respaldo mundial que el que tuvo en medio siglo. Y no se trata solamente de una solidaridad por razones religiosas –compartir la fe en Alá y el Islam; ya ha trascendido el mundo árabe musulmán y ha adoptado una especie de ecumenismo que abarca, ni más ni menos, que a gran parte de la humanidad y lo hace por razones humanitarias.

Las marchas en que abundan las banderas palestinas nunca tan flameadas como ahora, crecen en cantidad de gente convocada. Por supuesto que en el continente asiático está el epicentro de esta gigantesca oleada que repudia las acciones militares del Estado de Israel y se pronuncia abiertamente en favor del pueblo palestino.

A un mes de la ruptura de hostilidades con las acciones del grupo radical islamista Hamás, y la represalia ejecutada por uno de los aparatos militares más grandes del mundo –el israelí- las cifras funestas llegan a 11.422 muertos, de los que casi 4.000 eran niños y niñas. Las cifras de heridos no están confirmadas, por el hecho de que el gobierno de Israel ha impedido el acceso del personal sanitario y de derechos humanos de la ONU; pero las autoridades palestinas y egipcias de la zona de frontera, cuantifican en al menos 50.000 personas heridas. Y otro sato no menos escalofriante es la cantidad de desplazados que ha sido entregado por la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (UNRWA), en su último reporte oficial dio cuenta de 1.511.300 personas que han perdido su hogar y tuvieron que escapar del lugar donde moraban.  

Por eso no debe extrañar que la solidaridad crezca a tanta velocidad. En Yakarta (Indonesia), dos millones de personas marcharon en la más grande movilización registrada hasta el momento. En Londres, Paris, Berlín, Roma, Estambul también hubo masivas concentraciones. Lo mismo en varias ciudades de Estados Unidos, en México, en Brasil y Argentina. 

Pero uno de los hechos que más resaltaron se dio ayer domingo, en el Vaticano, cuando el Papa Francisco, ante una multitud en la Plaza de San Pedro reunida para el Angelus, dijo en una parte de su mensaje: “En nombre de Dios, detengan el fuego”. Imploró por ayuda humanitaria al pueblo palestino. 

Había comenzado el Papa su reflexión con las siguientes palabras: “No dejo de pensar en la grave situación en Palestina e Israel, donde muchas personas han perdido la vida. Espero que se haga todo lo posible para evitar que el conflicto se extienda, que se rescate a los heridos y que llegue la ayuda a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es muy grave”. 

El pontífice volvió a reiterar que pide la liberación de los rehenes retenidos por Hamás, “pues deben volver con sus familias”

Las vibrantes palabras del Papa Francisco se han convertido en una potente proclama internacional, que se suma a las del Secretario General de la ONU, la del presidente brasileño Lula da Silva, la del mandatario colombiano Gustavo Petro, además de las posturas de varios gobiernos latinoamericanos como los de Chile,  Honduras, Bolivia y México, que se pronunciaron por la paz y el cese inmediato de los ataques a la población civil en Gaza. 

Además, una gran mayoría de 120 países votaron la semana pasada en la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de una resolución que pedía una tregua humanitaria en la Franja, que conduzca a un cese de hostilidades. La resolución fue propuesta por la Liga de los Estados Árabes y contó con el respaldo incondicional de la Unión Africana, y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.