05/10/2023 (Ciudad de México). Cuando hacía campaña electoral y necesitaba el voto latino, el demócrata Biden se esforzaba por diferenciarse de la línea dura de los republicanos, expresada por Donald Trump. Alcanzó entonces –el 2020- el triunfo que le permitió llegar a la Casa Blanca y durante la primera gestión de su mandato parecía que implementaría una política migratoria más humana y menos represiva. Recordemos que el primer día de su presidencia, en enero de 2021, Biden daba por concluida la emergencia en la frontera con México.
Pero las cosas fueron cambiando. Los flujos migratorios, legales e ilegales, se mantuvieron, lo que fue aprovechado por el trumpismo para reaparecer, pese a que su líder tiene varios juicios que se están sustanciando en diversos Estados, lo que puede llevar a su inhabilitación permanente para presentarse a nuevas elecciones. Pero siempre cabe la posibilidad de que los procesos judiciales no avancen con la suficiente celeridad y Trump, finalmente, se imponga como candidato del Partido Republicano.
Por ello es que Biden, que busca la reelección presidencial, en tiempos que parecen acelerarse rumbo a los comicios de noviembre de 2024, ha decidido quitarle el discurso a la derecha. El problema es que, para lograr tal propósito, termina asumiendo ese discurso y lo convierte en práctica contra los migrantes. La administración demócrata acaba de dejar sin efecto 26 leyes federales en el sur de Texas, justamente el lugar donde se está concentrando el flujo de gente procedente de países de Centroamérica, el Caribe y Sudamérica. Y en la extensa frontera con México, donde Trump ya había comenzado a construir un ignominioso muro (“infranqueable, grande y hermoso muro” llegó a decir de su obra el septuagenario neoyorquino) de 2.300 kilómetros de extensión entre ambos países, de los que ya existen 700 kilómetros de vallas metálicas, rejas, cercas y muros, construidos entre 2017 y enero de 2021.
Ahora, con la derogación de las leyes federales que hace Biden, podrán construirse hasta nuevos 32 kilómetros de valla en la región más congestionada por los cruces de gente de un lado al otro, que se han incrementado en los últimos tres años. Este tipo de derogaciones fueron práctica frecuente durante el gobierno de Trump. Ahora, con el giro a la derecha de Biden, que además se hace de una forma bastante torpe echando abajo leyes ambientales y de protección de especies animales en riesgo, han tenido que pronunciarse organizaciones defensoras de derechos sociales y protectores de la naturaleza.
Esta autorización otorgada por Biden que endurece la política migratoria de los Estados Unidos es un retroceso, ha declarado el presidente de México Andrés Manuel López Obrador. Pero acotó también que tal decisión ha obedecido a las presiones que está ejerciendo el Partido Republicano. Afirmó el mandatario que es necesario que se atienda las causas que originan la migración y que se debe apoyar a los países de Centroamérica y el Caribe que están atravesando por una coyuntura compleja, ya que construir más muros no resuelve el problema de fondo.
El panorama político en Estados Unidos se ha complejizado por la crisis legislativa. En un hecho único en la historia de los Estados Unidos, hace dos días la Cámara de Representantes destituyó al republicano Kevin McCarthy de su cargo como presidente del ente legislativo. Ocho republicanos de la línea dura afín al expresidente Donald Trump se aliaron con toda la bancada demócrata y lograron algo que sólo se había intentado en 1910, pero sin alcanzar entonces mayoría como ahora sí ocurrió. De esta forma se agravó la crisis política en el Congreso por la parálisis legislativa, en un momento en que los fondos federales de los Estados Unidos aún esperan la aprobación del presupuesto y el apoyo económico a Ucrania se debilita, por la falta de consenso en aprobar los nuevos paquetes de financiamiento para armas y municiones.