06/09/2023 (Ciudad de México). Con la experiencia que le da toda una vida de militancia política, la ex presidenta Cristina Fernández Kirchner anticipó en mayo que las elecciones primarias de agosto serían “una elección de tercios, en la que el piso electoral será más importante que el techo”. Fernández pronosticó que en este escenario el gobierno podría llevar a una elección presidencial que se hará el 22 de octubre, en que queden dos proyectos (uno de centroizquierda, otro de alguna de las derechas) para el balotaje a realizarse en noviembre.
Tal cual. Las elecciones primarias del 22 de agosto pasado, en que hubo un nivel de participación del 69% del padrón electoral, lo cual quiere decir que 3 de cada diez argentinas y argentinos registrados no fueron a votar, mostraron la división del electorado entre tres candidaturas a la presidencia: Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich.
En cuanto al espectro político y económico, la mayoría de los análisis coincide en los siguientes aspectos: 1) Milei y su organización “La Libertad avanza” tienen una ideología de extrema derecha así como posturas económicas ancladas en el “Estado mínimo” o lo que él ha denominado anarcocapitalismo; 2) Bullrich y su alianza “Juntos por el cambio” representan el clásico ideario neoliberal que no puede prescindir del Estado pero prioriza al mercado; 3) Massa y su frente “Unión por la Patria” ostentan el planteamiento progresista que, sin trascender el capitalismo, propugna la regulación estatal y defiende los programas sociales.
Desde aquél 13 de agosto, tres acontecimientos relevantes ocurrieron.
El primero fue el lanzamiento el 27 de agosto por el gobierno de un paquete de medidas sociales orientado a reactivar la economía pero también a recuperar la base popular electoral que no fue a votar en las primarias. Massa se embanderó de ese paquete, presentándolo como un retorno a las políticas kirchneristas de hace una década pero en las nuevas condiciones del presente. La derecha moderada y la ultraderecha atacaron al unísono el paquete, afirmando que era una forma de cohecho electoral con recursos públicos. Sin embargo, se ha notado que Milei bajó el tono de sus ataques por el alcance masivo de los programas.
El segundo hecho fue el lunes 4 de septiembre. La candidata a la vicepresidencia en la fórmula de Milei, Victoria Villarruel, realizó un acto de reivindicación de las acciones de los militares que dieron el golpe de Estado en 1976, presentándolo como una “guerra interna” entre el Estado y el terrorismo de extrema izquierda. Villarruel es hija de un militar y visitó a Jorge Rafael Videla y Emilio Massera (que ya fallecieron) en la cárcel mientras cumplían sus condenas de cadena perpetua. Su acto generó una reacción de los movimientos sociales, de organizaciones de derechos humanos, sindicatos y partidos de izquierda, que se juntaron inmediatamente para repudiar el homenaje.
El tercer hecho ocurrió el martes 5 de septiembre. Más de 70 sacerdotes de barrios populares de Argentina se congregaron en la ciudad de Buenos Aires, en la villa Barracas, a las puertas de la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé, para realizar una misa comunitaria en desagravio al Papa Francisco. Inmediatamente una multitud se congregó en la explanada para participar del acto de fe al mismo tiempo que rechazaron los discursos de odio y alusiones mentirosas que el político de ultraderecha, Javier Milei, dirigió contra el Pontífice, al que calificó de “imbécil jesuita que promueve el comunismo”, “personaje impresentable y nefasto” o “representante del maligno en la Tierra”.
En la dura disputa electoral luego de las PASO, las últimas encuestas muestran una tendencia a moderados crecimientos de Milei y Massa, con un decrecimiento de Bullrich que comienza a quedarse atrás en la contienda. A partir de este dato es que ya se habla de una polarización político-electoral entre Milei y Massa, que conforme se consolide terminará por disminuir a Bullrich, que es lo mismo que decir al proyecto de Mauricio Macri.