Brasil: decretan cobro de impuestos a los fondos de los súper ricos
Alfredo Rada
En acto realizado el lunes en el Palacio de Planalto en Brasilia, el presidente Lula da Silva firmó un decreto de Justicia Tributaria, mediante el que se procederá a cobrar impuestos a las ganancias de los fondos de inversión exclusivos administrados por una sola persona -que en la nomenclatura fiscal es denominado súper rico por su muy alto nivel patrimonial- que hasta ahora se beneficiaba de exenciones fiscales.
Estas personas pagaban impuestos sólo cuando retiraban dinero de esos fondos, lo que en el lenguaje bancario se llama “el momento del rescate”. A partir de ahora, con la nueva normativa, pagarán semestralmente un tributo de entre el 15% y 20% sobre los rendimientos que esos fondos siguen generando mientras están depositados en el sistema financiero. Precisamente el no ser gravados era una de las ventajas de los fondos de inversión exclusivos unipersonales que los Bancos ofertaban a sus clientes más exclusivos. En Brasil hay 2.500 fondos de súper ricos en esta condición de ocultamiento de los rendimientos en los fondos de inversión, que además están protegidos por cláusulas de anonimato y confidencialidad que ahora las entidades de investigación financiera podrán levantar.
Durante el acto oficial de presentación de la norma, cuando le tocó hacer uso de la palabra al ministro de Hacienda Fernando Hadad, resaltó: “Se trata de corregir una irracionalidad: para efectos de rendimiento de capital esos fondos de inversiones son activos, para efectos de pagar impuestos esos fondos son pasivos”. El decreto firmado por el presidente, tiene carácter de orden ejecutiva de obligatorio cumplimiento, por lo que las autoridades tributarias pueden ya comenzar a recaudar. Pero el decreto tiene también un carácter provisional, ya que el Congreso tiene un plazo de cuatro meses para refrendarla, de no hacerlo puede perder efecto.
El sistema tributario brasileño ha sido calificado por la Comisión Económica para América Latina como “injusto y barroco” (ver informe “Panorama fiscal de América Latina y el Caribe, 2023”) por los vacíos jurídicos que dan lugar a interpretaciones que facilitan la evasión tributaria.
Una forma de eludir obligaciones tributarias de grandes capitales de personas brasileñas es que transfieran la administración formal de sus activos financieros a terceros, por medio de la conformación ficticia de empresas en la modalidad off shore, con sede en países en los que pagan impuestos irrisorios, razón por la que se denomina “paraísos fiscales” a esos países.
Para luchar contra estas prácticas espurias, el presidente Lula da Silva anunció en el mismo acto que está remitiendo al Congreso el proyecto de “Ley sobre tributación de sociedades y fideicomisos extraterritoriales”, que servirá para gravar a personas que tienen cuentas y empresas en paraísos fiscales, estableciendo una tributación anual de las rentas de capitales invertidos en el exterior, con tasas progresivas que llegan hasta el 22,5% sobre rendimientos (ganancias).
El ministro Fernando Hadad, con base en estadísticas oficiales, ha informado que “unos 200.000 millones de dólares en activos pertenecientes a particulares están posicionados en el exterior y el objetivo con esta ley es cobrar 7.000 millones de reales, vale decir unos 1.500 millones de dólares en 2024. Estamos ahora aplicando impuestos a los que más tienen y los que menos pagan, no es revanchismo ni Robin Hood, es aplicar las mejores prácticas internacionales”.
El 1 de enero de 2023, cuando asumió su tercer mandato presidencial, Lula da Silva se comprometió a trabajar por un Brasil con justicia social y con menos inequidades. Las nuevas reglas tributarias cumplen a cabalidad con el programa por el que votaron 60 millones de personas el año pasado, por lo que siendo absolutamente legales tienen también un elevado nivel de legitimidad. Ahora el debate se traslada al Legislativo.