Apenas tuvo que pasar una semana, desde el zafarrancho de las elecciones primarias en Argentina, en las que obtuvo importante votación el neofascista Javier Milei, para que en otros dos países latinoamericanos –Guatemala y Ecuador- el péndulo se vaya hacia la izquierda.

Gana el progresismo en Guatemala

En un balotaje en el que se impuso el voto de rechazo a los partidos tradicionales que hicieron de la política una fuente de negocios corruptos, ganó la presidencia el progresista Bernardo Arévalo del “Movimiento Semilla” que logró un espectacular crecimiento, de los 650.000 votos que alcanzó en la primera vuelta a los 2.450.000 que obtuvo en la segunda, derrotando de manera contundente a Sandra Torres que contó con el respaldo de todas las fuerzas conservadoras y los poderes fácticos.

Arévalo tuvo que sobreponerse a un ataque judicial, proveniente de la Fiscalía controlada por los partidos de la derecha, que intentó a través del fiscal Ramiro  Curruchiche proscribir al “Movimiento Semilla”, con cargos de supuestas ilegalidades en el levantamiento de las 5.000 firmas de afiliados para obtener el registro político. La intentona involucró también al juez Freddy Orellana que emitió una orden de suspensión de la personería jurídica del frente de Arévalo, pero dicha resolución fue anulada por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala. Tanto Curruchiche como Orellana están incluidos en la “Lista Engel” o nómina de funcionarios públicos corruptos, que se elabora a partir de la “Ley de compromiso reforzado entre los Estados Unidos y Guatemala, Honduras y El Salvador”, como una herramienta para contrarrestar la corrupción en Centroamérica, por iniciativa del ex congresista Elliot Engel el año 2019. 

Bernardo Arévalo, como presidente electo, deberá preparar el nuevo gobierno, sabiendo que el respaldo en urnas que obtuvo le dará amplia legitimidad, pero que su representación en el Congreso unicameral es de apenas 23 bancas sobre un total de 160. El Movimiento Semilla será la tercera fuerza legislativa, por detrás de “Vamos” del actual presidente Giammatei y de “UNE” de la mencionada Torres. Le espera una gobernanza tan complicada como la de Pedro Castillo en Perú, pero es de esperar que los progresistas en Guatemala hayan sacado las lecciones de lo que pasó en otros países latinoamericanos: 1) que los gobiernos populares tienen que apoyarse en el pueblo movilizado, y 2) que hay que lograr sólidos respaldos internacionales.

Por esto es tan importante lo que el presidente de México, López Obrador, dijo hace unas horas: “es extraordinario el triunfo de Arévalo, el pueblo guatemalteco se lo merecía”.

Una mujer al frente en Ecuador

En este país sudamericano la gente acudió a las urnas masivamente, registrándose una participación del 82,26%, la más elevada en diez años. Este dato es muy importante, ya que significa que la ciudadanía ecuatoriana ha respondido sin temor al clima de amedrentamiento e inseguridad con que se realizó la campaña electoral; no se quedó en su casa, fue a votar y al hacerlo dio un mensaje a la narcoviolencia. Tuvo repercusión internacional este hecho, congratulando el presidente de México al pueblo ecuatoriano, porque “pese al ambiente de tensión y miedo por la violencia, la gente salió”.

En tal contexto, la candidata de “Revolución Ciudadana”, Luisa Gonzáles se ha convertido en la mujer que más respaldo en las urnas ha recibido en la historia del Ecuador, lo que le ha permitido ganar la primera vuelta con el 34% de la votación. De esta forma, su organización de izquierda obtiene también la más numerosa bancada en la unicameral Asamblea Nacional, lo que sumado al hecho de que ya es la primera fuerza política en las regiones y alcaldías, le permitirá afrontar con mucha solvencia democrática la segunda vuelta presidencial.

En esa instancia Gonzáles tendrá por rival al derechista Daniel Noboa, hijo de un veterano banquero y político neoliberal, que apenas figuraba en las encuestas pero que terminó posicionándose mejor en el nuevo escenario político abierto luego del asesinato, por sicarios contratados por narcotraficantes, del candidato Fernando Villavicencio en la recta final de la primera vuelta. Antes de esta muerte, cuyas motivaciones más allá de la autoría no están todavía plenamente esclarecidas, las tendencias apuntaban a una victoria de Luisa Gonzáles en primera vuelta, pero la utilización política del crimen con una intensa campaña de “fake-news” contra la izquierda culpándole por la violencia, le terminó restando algunos puntos de respaldo. Ahora la realidad indica que Gonzáles tendrá que afrontar un nuevo y definitivo enfrentamiento en el balotaje del 15 de octubre. Entramos a una nueva fase en que las fuerzas progresistas deberán convencer al electorado que un nuevo gobierno neoliberal, surgido de espurios pactos entre partidos que perdieron la elección popular, sólo seguiría hundiendo al Ecuador. 

La candidatura de Luisa Gonzáles tendrá también que asumir a plenitud las preocupaciones ecologistas de los pueblos indígenas del Ecuador, que desde hace mucho tiempo vienen planteando la defensa del Parque Yasuni, en el que las tendencias extractivistas promovían el ingreso de petroleras porque hay yacimientos de hidrocarburos a su interior. Este domingo 20 de agosto se realizó una consulta popular, siendo la pregunta: “¿Está usted de acuerdo con que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente bajo el subsuelo?”. Casi el 60% de la población votó afirmativamente, lo que es un histórico triunfo de la defensa de los derechos de la Madre Tierra, que tendrá también por efecto inmediato que las empresas que están operando dentro de la Reserva natural tendrán que salir.