10/07/2023 (Ciudad de México). La lluvia amenaza con caer en la ciudad, pero apenas algunas gotas atizan sobre los periodistas que se congregan en la entrada de la Secretaría de Gobernación, en Abraham González número 48, para dar cobertura a la tragedia, aunque otros, han decidido acompañar la protesta.

No son pocos y crece la aglomeración conforme pasan los minutos.

Algunos encuentros y saludos de colegas. Rostros conocidos, rostros jóvenes, en mayoría. Encontrar la cabeza de la nota no será difícil, como tampoco obtener la fotografía que será la portada de algún medio.

Se amontonan las cámaras, los micrófonos. Los más prevenidos cargan paraguas y los menos, se apresuran a obtener el material antes de la lluvia. El tiempo es impredecible en este verano gris.

Una vez más (“no tendríamos que estar aquí”, lamenta Alejandro Meléndez, de Periodistas Unidos, en una breve entrevista con De Raíz Media) es el asesinato de un periodista, lo que los (nos) reúne en este punto. Se respira congoja, es una protesta pacífica. La rabia, sin embargo, se guarda para las consignas.

La protesta se convocó en tres estados: Gudalajara, Oaxaca y Ciudad de México. El motivo fue que este fin de semana tres periodistas fueron desaparecidos en Nayarit: Osiris Maldonado de la Paz, Jonathan Lora Ramírez y Luis Martín Sánchez Íñiguez. El sábado 8 de julio, fue hallado el cuerpo de Luis Martín, corresponsal de La Jornada, con signos de una violencia brutal.

“¿Vienes en cobertura o en apoyo?” Preguntan los periodistas y reporteros, luego de algún saludo. Si la respuesta es la primera, hay un palmada sobre la espalda –una especie de lamento o de estímulo, todo depende la confianza con el interlocutor –, pero si es la segunda, prevalece una sonrisa, porque no siempre el gremio está unido, parece que son las tragedias las que los (nos) hacen solidarios, el punto desafortunado del encuentro.

Quienes convocan, activistas como Alejandro, pintan consignas y denuncias sobre las cartulinas. Se improvisa. Se sacan algunas imágenes con las fotografías de los rostros de los periodistas desaparecidos, de los asesinados.

El gremio se reúne en la entrada, frente a las vallas que rodean tajantes a Segob. Las gotas continúan cayendo sobre nosotros, pero dóciles. Algunos afirman que sólo es “lluvia para asustar” que no hará sucumbir la protesta.

Los de televisión piden espacio para lograr capturar una panorámica de quienes toman el megáfono. Los fotógrafos se hincan al frente. Los que llegan tarde intentan inmiscuirse, piden disculpa si se atraviesan o si mueven una cámara, todo con tal de tener un espacio. Algo raro en el gremio –pedir permiso, un espacio–.

Se pide justicia, como una rezo inalcanzable. Se grita. Se denuncia que lejos de que esta situación se resuelva, empeora, porque prevalece la impunidad. Se recuerdan las escalofriantes cifras: desde el año 2000 hasta 2023 han sido asesinados 160 periodistas.

De acuerdo con Artículo 19 suman 40 periodistas asesinados en este sexenio, mientras que en sexenios anteriores como el de Felipe Calderón, 48 periodistas fueron asesinados. Pero en esta ocasión, se denuncia una situación persistente: el peligro de ejercer el periodismo al interior del país.

Alejandro asegura que ahí debe apuntarse, porque “asesinan por decir lo que pasa en México”. Lamenta que esa situación no se detendrá hasta que las instituciones atiendan las demandas, “hasta que Gertz Manero deje la Fiscalía”, asegura sin temor a nombrar a quienes comprimen el cuello de botella en la justicia.

Se denuncia, también, que esa violencia la detenta una cadena de acciones y omisiones que provienen del Estado, pero también de los medios. “¿Cuántos de aquí, compañeros, tienen seguro social?”, preguntan retadores quienes sostienen el megáfono y no hay sino un absoluto silencio. Porque esas violencias también tiene que ver con las condiciones laborales de los periodistas, quienes ejercen un oficio a la deriva.

“Recordarle a las autoridades que cada vez que se atenta contra un periodista se atenta contra la democracia[…] Exigimos justicia, que se hagan los ajustes necesarios de modificación al Mecanismo de Protección para Periodistas y Defensores, y no ha dado respuesta, […] ¿Qué tiene que pasar para que nos den respuesta? Hacemos un llamado a las autoridades federales y estatales, que se atiende el caso. Hacemos un llamado al gremio de que nos unamos, y hagamos esfuerzos, porque ha pasado en Baja, Chiapas, […] y seguirá pasando sino tomamos acciones”, reclama Adriana Urrea, del Sindicato Único de Trabajadores (SutNotimex).

Piden que la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, atienda y de resolución a los casos, al de Martín, al de Rubén, al de Regina, de Juan Carlos. Lo exigen, como lo hicieron antes, como seguirán haciéndolo mientras los autores intelectuales y materiales de esas violencias sigan sin enfrentar la justicia.