El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, analizó este martes la polémica surgida tras la inclusión, por parte de la Comisión Reguladora de Energía, de los ciclos combinados como energía limpia. El mandatario señaló que este tipo de combustible es necesario para garantizar la transición hacia las fuentes renovables. “Se desea que ya no se utilicen combustibles fósiles, que no se utilice el petróleo ni derivados, pero el proceso de transición o de ir hacia energías limpias, renovables, lleva tiempo, exige de desarrollo tecnológico, no sólo es el discurso”, afirmó durante su tradicional conferencia matutina.
López Obrador refrendó el compromiso de su administración con el punto 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, el cual plantea la transición hacia energías asequibles y no contaminantes como motor para el desarrollo socioeconómico de las naciones. En ese sentido, el jefe del ejecutivo destacó la apuesta del estado por rescatar la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Afirmó que “tenemos 60 hidroeléctricas en el país que se han construido a lo largo de nuestra historia y estaban completamente abandonadas, con turbinas de hace 50, 60 años, obsoletas, generadores, equipos también antiguos… Estamos modernizando 20 de esas 60.” Para tal fin se están destinando 1,200 millones de dólares.
Sobre la crítica situación en que se encontraba la infraestructura hidroeléctrica del país, el jefe del Ejecutivo afirmó que “el propósito que tenían los neoliberales corruptos, esos que quieren regresar por sus fueros, era acabar con la Comisión Federal de Electricidad. Si no se hubiese producido un cambio se estaría ahora generando 15, 20 % de toda la energía que consumimos en el país, el 80 % estaría controlado por empresas particulares, sobre todo extranjeras, ese era el plan, lo mismo que en el caso de petróleo 15 años de caída de producción consecutivos; si no hubiésemos intervenido en el caso del petróleo estaríamos ahora comprando petróleo crudo.”
López Obrador destacó cómo la CFE pasó de producir el 38% de la energía que se consume en México al 55%, después de adquirir 13 plantas del consorcio español Iberdrola por un monto alrededor de los seis mil millones de dólares, en una decisión considerada por el mandatario como “la segunda nacionalización de la industria eléctrica”.
Con la modernización de las 20 hidroeléctricas, más la construcción de 12 plantas de ciclo combinado y una solar suman 33 centrales nuevas. Al finalizar el actual sexenio la CFE será capaz de producir el 60% de la energía que consume México. “Así se garantiza que no falte el abasto” afirmó el mandatario.