27/06/2024 (Ciudad de México). Este jueves 27 de junio la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció a cinco personas más que formarán parte de su gabinete una vez que ingrese al gobierno en octubre próximo: Luz Elena Hernández Escobar, David Kershenobich, Raquel Buenrostro Hernández, Jesús Esteva Medina y Edna Vega Rangel, quienes se suman a los seis nombrados hace una semana.
A pesar de las expectativas, aún no se ha anunciado quien ocupará la titularidad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), por lo que tendremos que esperar para conocer quién se encargará de tan importante labor. Como parte de sus funciones el secretario a cargo de esta dependencia es responsable de la coordinación de las instituciones federales de seguridad pública y con el resto de los niveles de gobierno para implementar una estrategia integral que permita enfrentar el escenario tan complejo que enfrenta nuestro país en esta materia.
Uno de los nombres que más resuenan para este cargo es el del exsecretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (CDMX) durante el mandato de Sheinbaum, Omar García Harfuch, un personaje que lo mismo despierta confianza que sospechas, estas últimas por su trayectoria y herencia como parte de las élites de seguridad durante años.
Otro perfil que ha resonado entre las plumas de la comentocracia es el de Rosa Icela Rodríguez, quien actualmente ocupa el cargo en cuestión. Sin embargo, aunque hasta no conocer el cargo todas son especulaciones, durante la campaña, Sheinbaum comentó a los medios de comunicación que García Harfuch formará parte del equipo de seguridad, lo que parecía apuntar a que estaría ocupando el cargo homónimo al que ocupó en la CDMX.
Ahora, aunque coordinar las acciones en seguridad pública en la CDMX es de por sí una tarea ardua y compleja, no se compara con encabezar las estrategias de seguridad a nivel federal. Las diferencias son abismales tanto en infraestructura, personal y presupuesto, sobre todo considerando que la efectividad de las acciones de todas las instancias – incluyendo de los niveles estatal y municipal– depende en gran parte de las directrices que impulse el gobierno federal.
Durante su mandato en la capital mexicana, la doctora Sheinbaum apostó por una estrategia basada en dos frentes: por un lado, el incremento de la videovigilancia en espacios públicos, la coordinación de las instancias de seguridad y el fortalecimiento de las policías y, por otro, en el abordaje de las “causas sociales del delito”, tal como se ha aplicado en la estrategia federal.
En este último caso, el gobierno de Sheinbaum se destacó por implementar la beca universal para niños y niñas en escuelas públicas en el nivel básico de educación, programa que también impulsará a nivel federal una vez que ocupe la presidencia (además de continuar con los que también impulsó el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador). En ese sentido, Claudia Sheinbaum se ha referido a que continuará con una estrategia similar a la de su periodo como jefa de Gobierno, aunque con algunos matices vinculados al tema del cuerpo de seguridad encargado de las funciones de seguridad a nivel federal, la Guardia Nacional. Como se recordará, se prevé una reforma que incorpore por completo la GN a la estructura de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) como una fuerza armada permanente más.
Ahora, los retos que enfrentará el encargado de la seguridad durante el siguiente gobierno son muchos, comenzando porque la proporción de los recursos destinados a la seguridad por cada kilómetro cuadrado son completamente distintos en una urbe como la CDMX que en el resto del país. De tal suerte, en su mandato presidencial, Sheinbaum no contará con los mismos recursos para poder aplicar las estrategias que aplicó como gobernante de la capital mexicana y que no suelen funcionar fuera de las grandes urbes, como el incremento de la videovigilancia en las calles, por ejemplo.
Aunado a ello, el siguiente encargado de la SSPC no sería el mando de la GN, la institución encargada de la seguridad federal, como sí lo fue de las policías en la CDMX. Es decir, a pesar de que parte de las funciones del secretario se relacionan con la coordinación de todas las instancias para la implementación de la estrategia de seguridad, no contará con su propia fuerza que reciba sus órdenes directas con miras a mitigar y prevenir el delito, mientras que la corporación más relevante estaría bajo órdenes directas de la SEDENA.
Otro de los retos que tendrá el gobierno de la doctora Sheinbaum en materia de seguridad será uno de los puntos centrales de la estrategia: la coordinación interinstitucional, sobre todo en relación con la Fiscalía General de la República. Según lo que ha señalado la futura primera presidenta de México, como parte de las acciones para promover esta coordinación se continuará con las reuniones del Gabinete de Seguridad todos los días.
Para ello, la doctora ha enfatizado en que invitará al actual fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien permanecería al frente de la instancia por cuatro años más, como corresponde según su mandato. Aunque resulta algo evidentemente necesario, resalta que la doctora realice dicho énfasis, pues habla sobre cómo Gertz Manero se ha mantenido alejado de la cooperación interinstitucional a través de las reuniones del gabinete durante el actual gobierno.
La posibilidad de que no exista coordinación efectiva con la institución encargada de realizar la presentación de delincuentes y las investigaciones en procedimientos penales contrasta con la forma en la que el gabinete de seguridad trabajó en la CDMX durante el mandato de la doctora Sheinbaum. Al respecto, conviene recordar los cambios en la normatividad para que las policías – a cargo de la SSPC– pudieran iniciar una investigación a partir de denuncias directas por parte de la población, lo que antes tenía que pasar necesariamente por el Ministerio Público.
Para ello, también fue necesaria una coordinación permanente entre la SSPC, a cargo de García Harfuch, y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, a cargo de Ernestina Godoy, quienes colaboraban de maneras efectivas para actuar rápidamente frente a la identificación de “los agentes generadores de violencia”, como suele denominarse a quienes cometen delitos de alto impacto. En ese sentido, queda la incertidumbre de si este tipo de coordinación será posible con un agente como Gertz, que no fue nombrado por ella, además de que ha sido señalado en múltiples ocasiones por su incapacidad de mostrar resultados en la mejora de los procesos de investigación penal a nivel federal.