25/02/2024 (Ciudad de México). Este fin de semana, José Ramón López Beltrán, hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como Claudia Sheinbaum, candidata a presidenta por la colación “Sigamos Haciendo Historia”, así como otras figuras que forman parte de la Cuarta Transformación, denunciaron que sus números de teléfonos fueron difundidos en redes sociales y han recibido amenazas e insultos. 

Fue a través de la red social “X” que el hijo del mandatario acusó que “es una forma de venganza y un intento de hacer daño” tanto a él como a su familia. 

Por su parte, y también a través de X, Claudia Sheinbaum externó que ha recibido llamadas y mensajes de odio debido a que se publicó su número de teléfono celular en las redes. 

A esta campaña de acoso se suman los números telefónicos de Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de comunicación social de Presidencia; Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo (PT) y actual coordinador de Enlace con Organizaciones Sociales y Civiles de Sheinbaum y Citlali Hernández, senadora y secretaria general de Morena. 

Esta situación, de acuerdo con Juan José López Beltrán, se enmarca en la reciente carta que envió Natalie Kitroeff, jefa de corresponsales de “The New York Times”, a Jesús Ramírez y en la cual le solicita al Presidente López Obrador, a través de un cuestionamiento, su opinión sobre el reportaje del medio estadounidense respecto a supuestas relaciones del crimen organizado con colaboradores cercanos.

Como respuesta a esta carta, el primer mandatario del país la presentó de manera íntegra el correo electrónico, dando respuesta a cada uno de los cuestionamientos y haciendo público el número telefónico que la corresponsal dejó como dato de contacto, situación también fue utilizada por los medios de comunicación corporativos para atacar a López Obrador.

Ahora, esta nueva filtración de los números telefónicos apunta a una campaña masiva en contra del presidente y su gobierno, cuya lectura es política y con una intención al descubierto que se enmarca en una guerra sucia con miras a las elecciones presidenciales de este año.

La violencia digital para desprestigiar

De acuerdo a Julián Atilano, investigador del programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hay varios tipos de violencia digital, mismos que van desde la discriminación, la difamación, el ciberacoso, el “sexting” y el “doxing”, este último se refiere a la publicación de datos personales en internet sin el permiso correspondiente.

El objetivo de esta práctica, señala el académico, es “es dañar, acosar, exponer a la persona para que sea acosada”, lo cual se puede ver en el contexto de las recientes filtraciones, considerando también que entre los números telefónicos se encuentran los del hijo de López Obrador, quien no tiene cargo público alguno y por lo que todos sus datos se consideran privados.

Respecto a la filtración del número telefónico de la corresponsal, el también coordinador académico del Tlatelolcolab, laboratorio digital para la democracia de la UNAM, señala que haberlo hecho público fue “un acto que generó mucha polémica, sin embargo, no se trató de datos personales como muchos medios pretendieron afirmar, sino de uno laboral”.

En este sentido, el necesario contextualizar, pues “lo que está pasando es que es toda una campaña que se está haciendo, que se ha concatenado con distintas piezas, y lo que se busca es justo desprestigiar al presidente y hacer una asociación burda, sin ningún tipo de pruebas para señalar que el presidente está ligado con el narcotráfico”.

Además, para esto se está utilizando a la prensa extranjera como fuente para construir esta narrativa tendenciosa, a partir de la cual los medios de comunicación corporativos en México generan un circuito de desinformación que a su vez construye una percepción artificial en redes sociales, advierte el especialista.

Por esta razón, Atilano considera que la forma en la que el presidente respondió al cuestionario de la corresponsal va en la misma línea política desde la cual se busca construir dicha narrativa de manera no periodística y no desde la investigación.

En este sentido de respuestas políticas entre actores públicos como lo son un medio de comunicación y el presidente de México, apunta Atilano, no hay lugar para la difusión de los números telefónicos de otros actores “porque no están ni siquiera vinculados a ese tema político”. Además, es importante señalar que han sido personajes de la oposición quienes ha visibilizado esta filtración, por lo que sí es posible advertir una estrategia de ataque de por medio.

Las posibles sanciones

Respecto a la posibilidad de que exista alguna sanción para las personas que difunden esta información, Atilano señala que no existe una regulación amplia en el tema, pues si bien existen leyes concretas para proteger la información de las infancias o la sexual, en términos generales no hay legislación.

Finalmente, sobre la responsabilidad de los medios, se busca que estos sean objetivos, sin embargo, en el panorama actual es evidente que no existe esta objetividad, principalmente en los medios corporativos, pues en ellos “se quedan con una idea muy superficial sobre la libertad de expresión, pero no se problematiza y no se va más allá”, situación que se agrava ya que es necesario debatir “si es o no libertad de expresión, si es o no censura, si es o no acoso lo que se está viviendo”.