22/02/2024 (Ciudad de México). Esta semana el periódico estadounidense The New York Times (NYT) publicó un reportaje basado en una supuesta investigación de la Administración de Control de Drogas (DEA) sobre una presunta financiación del crimen organizado la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2018. La publicación detonó una serie de reacciones en los medios de comunicación mexicanos, y en aquellos con línea editorial contraria al gobierno de la Cuarta Transformación llama la atención la manera sincronizada en la que buscan construir el argumento de que los próximos comicios serán “elecciones de estado”, y cuyos resultados serán cuestionables, entre otros aspectos, por un supuesto apoyo del crimen organizado a la candidata favorita en todas las encuestas, Claudia Sheinbaum.

Desde un inicio, el reportaje del periódico estadounidense reconoce que la información presentada está basada en pretensiones e inferencias de tres fuentes “con conocimiento del caso”, sin dar mayor de detalle que ayude a identificar la validez de lo que mencionan. Asimismo, únicamente se limitan a señalar que estas tres personas “no tenían autorización de ofrecer declaraciones públicamente”.

En este sentido, el reportaje continúa infiriendo que la supuesta investigación fue “archivada” por temas “políticos” sin aportar alguna prueba de la existencia de esta investigación. “Había poca disposición en el gobierno estadounidense para rastrear acusaciones que pudieran implicar al líder de uno de los principales aliados del país”, señala el reportaje, omitiendo cuáles son los documentos o reportes que sustentan la existencia de estas indagaciones.

Lo mismo sucede con los testimonios de las supuestas personas del crimen organizado que realizan los señalamientos sobre la entrega de dinero a colaboradores del presidente López Obrador.

El reportaje, a su vez, se desestima a sí mismo al señalar que la información en la que se basa proviene de testimonios que no se pueden corroborar y que pueden ser incorrectos: “Buena parte de la información recolectada por los funcionarios estadounidenses provenía de informantes cuyos testimonios pueden ser difíciles de corroborar y en ocasiones resultan ser incorrectos”.

En este sentido, es necesario cuestionarnos cuál es al aporte periodístico de publicar una nota que su mismo desarrollo desestima la validez de la información que esta mencionando. ¿Se publicó para que tuviera un impacto electoral? ¿Forma parte de una pieza más en la campaña de guerra sucia contra el proyecto de la Cuarta Transformación?

Es necesario resaltar que, a principios de febrero, tres medios internacionales, InSight Crime, ProPublica y DW (los dos primeros estadounidenses) publicaron de manera simultánea reportajes con las mismas acusaciones contra el presidente López Obrador, advirtiendo en esa ocasión que el supuesto financiamiento del crimen organizado fue durante su campaña del 2006. Llama la atención la manera sincronizada en que fueron publicadas y al igual que esta nota del New York Times estuvieron fundamentadas en presuntas investigaciones de la DEA sin aportar ninguna prueba de lo que señalaban.

Frente a esta andanada de noticias falsas de medios internacionales la Casa Blanca ha manifestado, de manera oficial, que no hay ninguna investigación contra el presidente López Obrador.

El hecho de que estos cuatro medios extranjeros hayan difundido supuestas filtraciones sin sustento contra el presidente López Obrador, dentro del calendario de elecciones en México, hace suponer que quien está detrás de las mismas busca golpear su imagen y con ello al proyecto que representa el mandatario tabasqueño, La Cuarta Transformación. También a su sucesora y preferida de manera abrumadora en los próximos comicios presidenciales según todas las encuestas, Claudia Sheinbaum.

En el mundo de hoy basta con lanzar una noticia falsa para que los “bots” hagan lo suyo en redes sociales y simulen la existencia de algo que no es cierto. La investigación de Julián Macías Tovar revela como las cuentas que están detrás de los más de 200 millones de mensajes con etiquetas como #NarcoPresidente o #NarcoCandidata son las mismas que, de manera desesperada, buscan levantar la desangelada candidatura de la opositora “Xóchilt“, perdón, Xóchitl Gálvez.