Reunidos en el zócalo de la Ciudad de México, miles de asistentes escucharon el discurso de Lorenzo Córdova, ex Consejero del INE, quien afirmó que la resolución de los problemas sociales fueron promesas incumplidas durante todo el siglo pasado e inicios de éste, pero sí se logró crear una institución fuerte que protegiera el voto de los ciudadanos.
19/02/2024 (Ciudad de México). “¿Cuál es la democracia que defienden los convocantes a la marcha del domingo?“, preguntó el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina, y respondió: “la que funciona nada más como parapeto”, y agregó que antes sólo existía el dominio de una oligarquía que buscaba gobernar sin atender las necesidades del pueblo, todo lo contrario a lo que significa la democracia.
Asimismo, afirmó que la campaña puesta en marcha en su contra es como vivir en “el mundo al revés”, pues lo acusan, sin pruebas, de ser un dictador y de narcotraficante, cuando hay pruebas de que durante el sexenio de Felipe Calderón su secretario de Seguridad Pública, Génaro García Luna, tenía conexiones con los cárteles de las drogas, además de haber sido “protegido por muchos de los que fueron ayer a la marcha”.
Sin embargo, señaló el titular del Ejecutivo, pese a estas acusaciones, el acto de ayer es una prueba de que en México se vive en democracia, pues en una dictadura “no se podría ni hacer movilizaciones ni tampoco insultar al presidente, lo que no sucedía en décadas”.
Las expresiones de la marcha
Convocados desde hace un mes, ayer miles de ciudadanos se dieron cita en el zócalo capitalino para “defender la libertad y la democracia”, de acuerdo a los asistentes. Ante una explanada que ahora es cien por ciento peatonal, los asistentes llegaron caminando desde las calles aledañas, principalmente sobre la calle Madero, entre aclamaciones como “¡México, México!” y consignas como “¡Democracia sí; dictadura no!”
Entre otras expresiones hechas por los asistentes se encontraban “¡Narcopresidente!”, en alusión a los reportajes coordinados por distintos medios internacionales en semanas recientes, así como “¡Fuera López!” que justificaban por una supuesta intención del presidente de querer hacer de México un país comunista.
Pasando las once de la mañana, uno de los animadores afirmó que el evento no era de carácter partidista, ni a favor de candidato alguno, sino de un acto ciudadano, tras lo cual le dio el uso del micrófono a Ana Lucia Medina Galindo, integrante de una de las Asociaciones Civiles convocantes y ex diputada local en Michoacán por el PAN, quien leyó un “Manifiesto ciudadano por la democracia”.
Durante su intervención, Medina Galindo enumeró una serie de supuestos que ponen en riesgo la democracia, como condicionar los apoyos sociales garantizados en la Constitución durante esta administración; confundir con propaganda para no ver la realidad; promover encuestas falsas o desaparecer al INE y someter a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El ex consejero del INE sube a tribuna
Tras la lectura de este manifiesto, el orador único de la “Marcha por la democracia”, Lorenzo Córdova, ex Consejero del Instituto Nacional Electoral, subió al templete en compañía de José Woldenberg, primer presidente del antiguo INE; Maricarmen Alanís, ex presidenta del Tribunal Electoral; José Ramón Cossío, ex ministro de la Corte; y Mariclaire Acosta, asesora de la Organización de Estados Americanos, para dar lectura a su discurso.
Durante su intervención, Córdova afirmó que México arrastra muchos problemas como “la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la impunidad, la violencia y la inseguridad”, detallando que desde el término de la Revolución Mexicana la resolución de estos problemas siguen siendo una promesa incumplida y que no atenderlos pone en riesgo la democracia. Sin embargo, afirmó, la lucha por la democracia sí ha sido exitosa, pues hoy existen instituciones que protegen el voto ciudadano, una apertura para otras expresiones políticas y libertad de expresión y prensa.
Más adelante, el orador afirmó que actualmente hay un intento para desmantelar todos estos logros e incluso de querer destruir “la escalera” que le permitió a Andrés Manuel López Obrador convertirse en Presidente de la República con un porcentaje de 53.2 de votación en las urnas. Lo anterior, abundó, a través de una serie de reformas propuestas desde el Ejecutivo.