23/11/2023 (Ciudad de México). Ha concluido en la ciudad de Nairobi, capital de Kenia, la tercera ronda (INC-3) de negociaciones para acordar un instrumento que frene a nivel mundial la contaminación por plásticos, uno de los peores problemas de las sociedades industriales en las que el plástico se ha convertido en un componente omnipresente de la producción y el consumo.
Según el Informe “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos”, presentado en octubre de 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este tipo de contaminación es una amenaza que crece cada vez más para todos los ecosistemas de tierra, desde donde se dirige y termina contaminando todos los mares. La voz de alerta mundial que significó este informe, enfatiza que la afectación a los ecosistemas acuáticos ha crecido notablemente en la última década y se prevé que se duplique hasta el año 2030, con consecuencias terribles para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima. Los autores del informe rechazaron la posibilidad de que el reciclaje sea una salida a esta crisis ambiental originada por el plástico; también advirtieron sobre alternativas dañinas a los plásticos de un solo uso tales como los plásticos de base biológica o biodegradables, que son una amenaza química tan grande como los plásticos convencionales.
El informe plantea con grado de urgencia la reducción inmediata de los plásticos, fomentando una transformación en toda la cadena de valor que se origina –como materia prima- en otra industria: la de los hidrocarburos. En otras palabras plantea cambiar la matriz productiva del capitalismo contemporáneo, sustentado en los combustibles fósiles, lo que a su vez vincula los planteamientos de transición energética con la reducción y supresión de los plásticos. Significa también transformar la cultura de consumo (del “úselo y tírelo”) de las sociedades industriales.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, se ha convertido en el más eficaz promotor del “Tratado Global sobre Plásticos”, proceso que comenzó a fines de 2022 con la primera ronda (INC-1) en la ciudad de Punta del Este (Uruguay). Los avances que se habían logrado en la segunda ronda (INC-2) en la ciudad de París (Francia) a mediados de este 2023, motivaron que Guterres afirmara en el discurso de cierre: “Cada año se producen en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, un tercio de las cuales se utiliza una sola vez. Y cada día, el equivalente a más de 2000 camiones de basura llenos de plástico se vierte en nuestros océanos, ríos y lagos. Algunas de las consecuencias son que los microplásticos están llegando a los alimentos que comemos, al agua que bebemos e incluso al aire que respiramos, y que cuanto más plástico producimos, más empeoramos la crisis climática, ya que quemamos más combustible fósil. Pero las soluciones están al alcance de la mano: incluido el acuerdo jurídicamente vinculante que sigue en marcha, tras las negociaciones en las que participaron 130 naciones. Se trata de un primer paso prometedor, ya que podemos reducir la contaminación por plásticos en un asombroso 80% para 2040, si la humanidad actúa ahora para reutilizar, reciclar y abandonar los plásticos”.
Pero volviendo a la INC-3 de Kenia, los prometedores avances fueron estancados por la presión ejercida por un pequeño pero poderoso grupo de naciones petroleras productoras de plástico, encabezadas por Arabia Saudita, Rusia e Irán. Entre estos tres países hay diferencias geopolíticas y religiosas, incluso políticas, pero se pusieron perfectamente de acuerdo al momento de defender sus negocios petroleros. Lo hicieron a través de un fuerte cabildeo en Nairobi, para lo que contrataron empresas y consultores que pasan por “expertos”.
El Bloque Africano, que es el que más defiende los derechos de la naturaleza y se está convirtiendo en una vanguardia mundial de esta lucha ecologista, expresó su malestar por esta dilación. Según la experta ambientalista y académica ecuatoriana Alessandra Noriega, que participó en el evento en tierras africanas, es fundamental que los países aglutinados en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) tomen decisiva postura en esta pulseta internacional.