22/11/2023 (Ciudad de México). La enorme presión internacional que repudia el genocidio cometido por Israel contra el pueblo palestino, y que se expresó en la Resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas exigiendo una tregua humanitaria, adoptada el 27 de octubre. El proyecto fue presentado por Jordania y logró el respaldo de 120 países (casi toda África, casi toda América Latina, todos los países árabes e islámicos), con 12 votos en contra (encabezados por Estados Unidos e Israel y el llamativo voto de Paraguay) y 45 abstenciones. Dice el texto oficial adoptado por la ONU que “la tregua humanitaria debe ser inmediata, duradera y sostenida que conduzca al cese de las hostilidades”.

La posición de la comunidad internacional sólo reflejó el contexto mundial de solidaridad movilizada en favor del pueblo palestino, que desde hace un mes se expresa en marchas, plantones y mítines en una enorme cantidad de ciudades asiáticas, africanas, europeas, norteamericanas y latinoamericanas. Este enorme repudio a las acciones del Estado israelí generó fisuras en los partidos gobernantes de Estados Unidos y Gran Bretaña, disímiles ideológicamente (el primero es demócrata-liberal, el segundo conservador) pero que comparten el respaldo logístico y militar del presidente Biden y el premier Sunak al gobierno de Tel Aviv.

Justamente estas fisuras en ese apoyo internacional, más las protestas internas contra Benjamín Netanyahu de los familiares de los rehenes que Hamás tomó en su incursión militar en el sur de Israel el 7 de octubre, fueron los factores de preocupación del primer ministro israelí, que luego de semanas de una terrible operación de represalia que ha reducido la parte norte de Gaza a escombros, hoy acepta lo que hasta la víspera rechazaba y defiende el acuerdo “como la mejor opción que estamos tomando, pensando en los rehenes civiles”. Pero Netanyahu se ha cuidado de reiterar que, luego de la tregua, “vamos a continuar la ofensiva hasta el final”.

El acuerdo alcanzado y que se comenzará a implementar este miércoles por la noche establece que se acepta el cese de fuego por cuatro días en Gaza, que puede ser ampliado por un día más si es necesario. De forma paralela, la milicia islamista radical liberará a 50 rehenes de las aproximadamente 240 personas que secuestraron (no se sabe cuántas ya murieron en los bombardeos). Los 50 liberados serán 30 niñas y niños y 20 mujeres. A cambio el gobierno de Israel ordenará la excarcelación de 150 presos palestinos de las prisiones de Israel (son 8.000 prisioneros palestinos en total). Todos los liberados serán menores y mujeres. El intercambio estará supervisado por la Cruz Roja Internacional y por la Media Luna Roja Internacional. Lo más relevante del acuerdo es que logra el ingreso inmediato, por el paso de Rafah, desde Egipto de alrededor de 300 camiones con ayuda humanitaria para la población de Gaza, que incluirá alimentos, vituallas, medicamentos y el combustible para restablecer el suministro de electricidad. Así se podrá reponer el funcionamiento de los hospitales.

Naciones Unidas ha insistido en denunciar que constituyen crímenes contra la humanidad los bombardeos y toda la destrucción de infraestructura civil, las muertes de al menos 13 mil palestinos (de los que eran niñas, niños y mujeres una enorme y espeluznante cantidad) y la condena a 1,7 millones de gazatíes a sobrevivir desplazados, en cada vez peores condiciones de salubridad, lo que aumenta el riesgo de epidemias y enfermedades por consumo de agua no potable y alimentación cada vez más escasa, además de la gran cantidad de heridos sin atención médica.

Ha sido el Emir (monarca) de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, que mantiene diálogo con Hamás y con el gobierno de Netanyahu, que logró el acuerdo luego de dos semanas de negociaciones conducidas por su Ministro de Relaciones Exteriores. Inmediatamente la ONU, el Bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), así como toda la Liga Árabe y la Unión Africana, han expresado que, siendo un avance la tregua humanitaria, se debe convertir en un alto el fuego indefinido.