“Traigo a esta Asamblea la voz del sur, la de los explotados y vilipendiados como se le oyó decir al Che Guevara en esta misma sala hace casi 60 años”, declaró el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, al intervenir en la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Recordando la reciente cumbre celebrada en La Habana, Cuba, en la que se dieron cita líderes y altos representantes del Grupo de los 77 y China, el mandatario cubano aseguró que los participantes, pueblos diversos con problemas comunes, “levantaron sus voces para demandar cambios que ya no pueden posponerse más en el injusto, irracional y abusivo orden económico internacional que ha profundizado año tras año las enormes desigualdades entre una minoría de Naciones muy desarrolladas y una mayoría que no logra superar el eufemismo de naciones en desarrollo“.
Aseguró que “no solo tenemos el reto del desarrollo sino también la responsabilidad de modificar las estructuras que nos marginan del progreso global y convierten a muchos pueblos del sur en laboratorios de renovadas formas de dominación”.
“Urge un nuevo y más justo contrato global, señor presidente. A solo siete años del plazo fijado para el cumplimiento de la esperanzadora agenda 2030, el panorama es desalentador, esta augusta institución lo ha reconocido ya. Al ritmo actual no se alcanzará ninguno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible y más de la mitad de las 169 metas acordadas serán incumplidas en pleno siglo XXI. Ofende a la condición humana que casi 800 millones de personas padezcan de hambre en un planeta que produce lo suficiente para alimentar a todos, o que en la era del conocimiento y desarrollo acelerado de las tecnologías de la información y las comunicaciones, más de 760 millones de personas, dos terceras partes de ellas mujeres, no sepan leer ni escribir.
El mandatario de la isla caribeña indicó que los esfuerzos de los países en desarrollo no bastan para implementar la agenda 2030, “tienen que estar respaldados con acciones concretas de acceso a mercados financiamientos en condiciones justas y preferenciales, transferencia de tecnologías y cooperación norte sur. No estamos pidiendo limosnas ni rogando favores, el G77 reclama derechos y continuará demandando una transformación profunda de la arquitectura financiera internacional porque es profundamente injusta, anacrónica y disfuncional porque fue diseñada para lucrar con las reservas del sur, perpetuar un sistema de dominación subdesarrollo y reproducir un modelo de colonialismo moderno”.
Así mismo, demandó instituciones financieras en donde los países tengan “real capacidad de decisión y aceptación y acceso a la financiación”, y con ello, la recapitulación de los bancos multilaterales de desarrollo, la racionalización revisión y cambio del papel de las agencias de calificación crediticia, definir el acceso de los países en desarrollo a la financiación en condiciones favorables, cooperación técnica adecuada, y rediseño de la deuda externa; “mientras los países más ricos incumplen su compromiso destinar al menos el siete por ciento de su producto nacional bruto a la ayuda oficial al desarrollo, las naciones del sur tienen que gastar hasta el 14% de sus ingresos para pagar intereses asociados a la deuda externa”, declaró.
Sobre el cambio climático aseguró que “nadie sensato discute ya que el cambio climático amenaza a la supervivencia de todos con efectos irreversibles, tampoco es secreto que quienes menos incluyen en la crisis climática son los que más padecen sus efectos en particular los pequeños estados insulares en desarrollo mientras los países industrializados depredadores voraces recursos y del medio ambiente eluden su mayor responsabilidad incumplen su compromiso bajo la convención marco de cambio climático y el acuerdo de París”.
Recuperando el Grupo G77, señaló que para el mismo “es tarea prioritaria cambiar de una vez los paradigmas de la ciencia, la tecnología y la innovación que se limitan a los entornos y perspectivas del norte privando a la comunidad científica internacional de un capital intelectual considerable (…) Cuba no cesará en sus esfuerzos para impulsar el potencial creativo la influencia y el liderazgo del G77. Nuestro grupo tiene mucho qué aportar al multilateralismo, la estabilidad, la justicia y racionalidad que hoy requiere el mundo”.
Díaz Canel reiteró los efectos del bloqueo que se sostiene hacia Cuba desde hace sesenta años, “concebido para deprimir sus ingresos y nivel de vida padecer escasez continua de alimentos medicinas y otros insumos básicos y coartar sus potencialidades de desarrollo. Esa es la naturaleza y esos son los objetivos de la política de coerción económica y máxima presión que aplica el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba en violación del derecho internacional y la carta de las Naciones Unidas. No existe una sola medida o acción de Cuba para dañar a los Estados Unidos para perjudicar a sus sectores económicos su actividad comercial o tejido social no existe acto alguno de Cuba que amenaza la independencia de los Estados Unidos, su seguridad nacional”
Con respecto al bloqueo, a la par del discurso del mandatario cubano, manifestantes ocupaban las calles de Nueva York en solidaridad con la isla ante el bloqueo financiero económico sostenido por más de seis décadas. Miembros de varias organizaciones sociales exigieron el cese de las medidas coercitivas unilaterales.
Foto: Luis de Jesús Reyes @ldejesusreyes
Para concluir, el mandatario aseguró que siempre “será un honor pelear por la justicia compartiendo las dificultades y los desafíos con los pueblos del sur dispuestos a cambiar la Historia y venceremos”.
“Cuba seguirá fortaleciendo su democracia y su modelo socialista que aún asediado ha demostrado cuánto puede hacer un país en desarrollo de pequeñas dimensiones y con escasas riquezas naturales continuaremos nuestro proceso transformador en la búsqueda de salidas al cerco que nos impone el imperialismo estadounidense y de vías para lograr la prosperidad con justicia social que merece nuestro pueblo en ese empeño no renunciaremos nunca al derecho a defendernos señor presidente distinguido jefes de delegación y otros representantes concluyo extendiendo una invitación a todos a trabajar por superar las diferencias y enfrentar juntos los retos comunes con sentido de urgencia para ello las Naciones Unidas y esta asamblea general incluso con sus limitaciones con el instrumento más poderoso de que disponemos cuenten siempre con Cuba para defender el multilateralismo y promover juntos la paz y el desarrollo sostenible para todos.
Siempre será un honor pelear por la justicia compartiendo las dificultades y los desafíos con los pueblos del sur dispuestos a cambiar la historia y venceremos muchas gracias”.
Miguel Díaz Canel, Presidente de Cuba.
Foto: Luis de Jesús Reyes @ldejesusreyes