El presunto líder de Los Chapitos, facción del Cártel de Sinaloa, permanece recluido en Chicago mientras inicia su proceso legal.
18/09/2023 (Ciudad de México). El pasado viernes 15 de septiembre, en plena víspera del grito de la Independencia, fue extraditado a Estados Unidos Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, antiguo líder del Cártel de Sinaloa. Esta organización es considerada la más grande e importante de las organizaciones dedicadas al narcotráfico en México y el mundo.
En particular, a Ovidio Guzmán López, conocido como El Ratón, se le identifica como líder de “Los Chapitos”, una presunta facción del Cártel de Sinaloa que dirigiría desde Culiacán en conjunto con sus hermanos Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Edgar Guzmán López, también hijos de El Chapo.
Guzmán López fue trasladado a Estados Unidos por agentes de la Interpol que colaboran con la Fiscalía General de la República. Al llegar a territorio norteamericano, El Ratón fue recluido en el Centro Correccional Metropolitano de Chicago, Illinois, un recinto conocido por su especialización en la reinserción social. Desde ahí, Guzmán López esperó su primera audiencia que ocurrió este lunes 18 de septiembre, en donde se dieron a conocer parte de los cargos que se le imputan.
Aunque Ovidio Guzmán cuenta con 12 imputaciones en su contra, en la Corte de Illinois se enfrentara sólo a cinco de ellas: 1) posesión de una sustancia controlada con intención de distribuirla, 2) formar parte de una empresa criminal continua, 3) conspirar para importar, manufacturar y distribuir una sustancia controlada, 4) conspirar para lavar dinero y 5) portar ilegalmente armas de fuego.
Durante su primera audiencia, Ovidio Guzmán se declaró inocente de todos los cargos de los que se le acusa en la Corte de Illinois. Quedan pendientes, además, otros siete cargos que se distribuyen en la Corte de Nueva York y la de Columbia, los cuales enfrentará más adelante.
Guzmán López fue detenido durante la madrugada del 5 de enero de este año en la comunidad de Jesús María, al norte del municipio de Culiacán, Sinaloa. Esto luego de un mega operativo implementado por el Ejército, mismo que desataría algunos bloqueos y enfrentamientos en Culiacán y los alrededores.
No obstante, no sería el primer intento de detener al capo por parte del gobierno mexicano. Como se recordará, en octubre de 2019, el Ejército mexicano habría logrado dar con el paradero y retener al presunto capo. Sin embargo, de la retención derivaría una serie de confrontaciones entre grupos de sicarios del Cártel de Sinaloa y el Ejército. Este evento es conocido como “el Culiacanazo”
En aquel entonces, el gobierno federal tomó la decisión de liberar a Ovidio debido a que los sicarios de Sinaloa habrían rodeado la unidad habitacional en donde se encontraban las familias de los militares encuartelados en Culiacán, amenazándolas. La decisión se tomó para proteger a los familiares de los militares y evitar una escalada en los enfrentamientos.
Sin embargo, el segundo operativo del que derivó la detención de Guzmán López se llevó a cabo de una manera más expedita y discreta, lo cual impidió la reacción de la organización hasta que el Ejército ya había trasladado a El Ratón a la Ciudad de México. Antes de su extradición, el presunto narcotraficante permaneció recluido en el penal de máxima seguridad conocido como el Altiplano, en el Estado de México.
La extradición se planteó como una de las acciones que el Departamento de Justicia norteamericano realiza en su estrategia para combatir y desarticular a la organización de Guzmán López. Meses atrás, el gobierno norteamericano había enlistado a Ovidio Guzmán como uno de los narcotraficantes mexicanos más buscados, ofreciendo una recompensa de hasta cinco millones de dólares a cambio de información que ayudara a dar con su paradero. Además, también habría ofrecido recompensas por sus hermanos que, en conjunto, sumaban 20 millones de dólares.
Resalta que, en abril de este año, el Departamento de Justicia había anunciado medidas para incrementar la presión en contra del Cártel de Sinaloa, señalando que operaba “como una asociación de traficantes de droga y lavadores de dinero que obtienen los precursores químicos – mayoritariamente, de China – para manufacturar drogas sintéticas […] en México, mover esas drogas a Estados Unidos, y colectar, lavar y transferir los ingresos del tráfico de drogas”.
En ese sentido, la atención particular en esta organización durante los últimos meses ha derivado de la responsabilidad que el Departamento de Justicia le achaca a Los Chapitos en la llamada “crisis del fentanilo” que se vive en el país vecino del norte. Así, el fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland, apuntó que la organización de Guzmán López está a cargo de “la más grande, violenta y prolífica operación de tráfico de fentanilo en el mundo”, señalando, además, que la crisis del fentanilo en Estados Unidos había sido alimentada en parte por la organización de Guzmán López, considerando su persecución como asunto de “seguridad nacional”.
Por su parte, la directora de la DEA, Anne Milgram, hizo pública una operación de policías infiltrados en el Cártel de Sinaloa que, según la funcionaria, les permitió conocer la estructura y forma de operación de la organización “desde adentro”. En aquel entonces, responsabilizó a Los Chapitos de “llenar las calles” de Estados Unidos de drogadictos como parte de un plan para obtener mayores ganancias.
Cabe destacar que, en enero de 2022, el otrora considerado principal líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, fue sentenciado a cadena perpetua por narcotráfico en una Corte de Distrito de Nueva York. El padre de El Ratón fue considerado durante muchos años como el narcotraficante más peligroso de México.
En contraste, Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán Loera, fue puesta en libertad condicional el pasado 13 de septiembre, luego de pasar dos años y siete meses en prisión por los cargos de tráfico de drogas, lavado de dinero y por haberse involucrado financieramente con el Cártel de Sinaloa, una entidad designada como “narcotraficante” por el Departamento de Estado norteamericano.
Por su parte, durante su conferencia matutina de este 18 de septiembre, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador señaló que la extradición se dio en el marco de un convenio que existe entre las fiscalías de ambos países que permite el traslado de perfiles clave para el Departamento de Justicia norteamericano, tales como el de El Chapo o El Ratón.
Sin embargo, sugirió además que la extradición también ocurre para evitar que, en el contexto previo a las elecciones norteamericanas, los candidatos aprovechen la narrativa punitivista y señalen a México como el responsable de la crisis de consumo de opioides sintéticos que ocurre en Estados Unidos. Así, el primer mandatario señaló que el gobierno de México atendía a la solicitud de extradición “para no dar ningún pretexto, para que no quede ninguna excusa […]. Cuando […] se presentan estas solicitudes se aplican y es lo que se hizo en este caso”.