20/12/2024 (Ciudad de México). Como parte de los planes de justicia hacia los pueblos originarios, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la visita este 20 de diciembre a la Sierra Tarahumara para firmar decretos de restitución y resarcimiento de tierras al pueblo rarámuri. Este evento marca un nuevo hito en los esfuerzos del gobierno mexicano por reparar los agravios históricos sufridos por las comunidades indígenas y fortalecer su autonomía y derechos territoriales.

Previamente, durante el gobierno de López Obrador se implementaron 17 planes de justicia. Ahora, durante la administración de Sheinbaum, este tipo de iniciativas tienen un nuevo impulso gracias a la reciente reforma al Artículo 2 de la Constitución, la cual reconoce a las comunidades indígenas como sujetos de derecho, brindándoles así mayores garantías constitucionales.

Más de dos mil hectáreas para los pueblos rarámuris

Mediante dos decretos firmados por la presidenta, las comunidades de Guasachique y Bosques de San Elías Repechique han obtenido la restitución de sus tierras, cada una de  mil 475 y 693 hectáreas, respectivamente. Así, luego de la reforma, ésta es la primera vez que se aplica la figura de propiedad comunal tradicional. Con esto se busca garantizar que estos territorios sean protegidos frente a intereses externos que amenacen su integridad.

Previo a la firma del decreto, Sheinbaum destacó que estas tierras habían sido despojadas durante décadas a sus habitantes originarios, por lo que su restitución representa un paso crucial hacia la reparación histórica. Para las comunidades rarámuri, estas tierras son fundamentales para la preservación de su cultura, tradiciones y formas de vida sostenible.

Junto a la restitución de tierras, el plan de justicia también incluye programas de apoyo en educación, salud y protección ambiental, todo con el objetivo de fortalecer la autonomía indígena y mejorar su calidad de vida, siempre respetando sus formas de organización y cultura.

La lucha de los pueblos rarámuris

El simbolismo de esta acción va más allá de la entrega de títulos de propiedad. La restitución de la tierra a sus habitantes ancestrales es un reconocimiento de su lucha y resistencia a lo largo de los años para recuperar su legado cultural y territorial. En el caso de los pueblos rarámuri, su historia está marcada por la desposesión de sus tierras, las cuales fueron tomadas por particulares y gobiernos que repartieron su territorio en ejidos o declararon éste como nacional sin reconocer la propiedad ancestral.

Uno de los momentos más emblemáticos de esta lucha fue en 2014, cuando la comunidad de Bosques de San Elías Repechique se opuso a la construcción del aeropuerto de Creel y al gasoducto Encino-Topolobampo, así como a la tala ilegal en sus tierras. Esta resistencia no sólo logró detener estos proyectos, sino que también puso de manifiesto la importancia de la consulta previa y el respeto a los derechos territoriales de los pueblos indígenas.

Este acto de resistencia fue sólo una parte de una serie de acciones legales y de movilización que han llevado a la comunidad a ganar la mayoría de sus luchas legales. Ahora, con el apoyo del Gobierno Federal, se logró avanzar en las negociaciones con los supuestos poseedores de las tierras. Así, de los doce empresarios que ostentan la propiedad de los predios originalmente pertenecientes a estos pueblos, uno de ellos accedió a vender su parte al Gobierno Federal, lo que permitió la escrituración de esas hectáreas a favor de la comunidad. Los otros once empresarios aún no han accedido a vender, lo que mantiene vigente la lucha por la recuperación total del territorio ancestral.